martes, 27 de septiembre de 2011

Habiendo estado vacia... MOMPICHE

Luego de haber estado tanto tiempo luchando contra una crisis existencial severa por fin todo está en su lugar. Nunca imaginé que encontraría mi felicidad en buscar la felicidad ajena. De regreso en guayaquil luego de viajar casi 24 horas de ida y regreso a Mompiche, Esmeraldas, me encuentro con una sonrisa de oreja a oreja, como me pasó luego de regresar de mi primera construcción en Ludo. Ni el dolor de espalda, ni de piernas, ni de las manos, me quita la satisfacción de saber que posiblemente estoy cambiando la realidad de este país de poquito en poquito.

Fueron sólo dos días esta vez, pero pudimos terminar todo a tiempo. Hubo más trabajo y más cansancio, pero más felicidad y gratitud también. Me encontre con realidades diferentes, familias muy distintas a las que conoci en Ludo. Aunque vi mucho más marcadas las diferencias entre sierra y costa, pude adentrarme un poco más en este mundo que había sido muy ajeno a mi.

Salimos de guayaquil exactamente a las 10:30pm y llegamos a mompiche a las 10am. No tienen idea el viaje que tuvimos. A parte de que teníamos 3 invitados de cuenca en el bus (los más relajosos), al carro le explotó el filtro de aceite, por lo que tuvimos que cambiar de bus 2 veces. Luego de muchas paradas y un par de percances más por fin estuvimos en nuestro destino listos para construir.

Cuadrilla 16. Luego de haber estado en Ludo rodeada sólo de cuencanos, ahora estaba sólo con quiteños. Realmente somos tan diferentes unos de otros dentro de un mismo país. En serio me sorprende. La forma de hablar de cada uno de nosotros es tan nuestra, tan peculiar. Aún así en el techo no hay diferencias, sólo hay manos dispuestas a trabajar.

Aunque estabamos a 2 cuadras de la playa, realmente no me importó ir a visitarla. Lo único que quería era que terminaramos la casa. Aprender todo lo que me faltaba aprender. Hubo cosas que no hice en Ludo tal vez por miedo, porque era mi primera constru. Así que TENÍA QUE subirme al techo esta vez. Aprender a techar era lo único que me faltaba. Fue un éxito. Estar ahí arriba con un montón de emociones mezcladas, miedo a caerme, presión por terminar rápido y una sensación muy rara de poder hacer cualquier cosa que me propusiera. Me encantó.

Por 2 días volví a salir de mi burbuja, cambie mis trajes de abogada por jeans rotos y zapatos kit. Cambie el celular por un martillo y un destornillador, un sacabocados y una barra. No puedo creer que encontré lo que me faltaba. Después de tanto tiempo de no saber a dónde ir, ni dónde estar, ni qué hacer con mi vida, por fin el techo me ha dado muchísimo más de lo que me hubiera podido dar ninguna otra actividad. La oportunidad de conocer personas que comparten mis ideales, que son completamente diferentes a lo que veo siempre. El hecho de construir una casa, cuando muchos ni siquiera tienen habilidad de hacer un avión de papel. Haber podido motivar a más personas para que quieran regresar y que sean miembros permanentes de la realización de este sueño que tenemos muchos. Restarle preocupaciones a una familia a la cual su casa se le estaba cayendo; que tiene problemas personales, monetarios, etc,; o que simplemente no tiene dónde vivir.  Salir de la burbuja en que vivo y descansar. Aunque no lo crean un fin de semana de constru, por más cansado que sea, me desestresa lo suficiente como para estar tranquila un mes entero.

Hay gente que no entiende cómo puedo cambiar un fin de semana de chupa, de farra, por un finde de constru. Sencillo, nunca he sido farrera, siempre me ha gustado el trago, eso no lo niego pero, después de haber conocido estas realidades de los beneficiaros de UTPMP, ¿con qué cara, con qué corazón me voy a gastar en un fin de semana en una farra el mismo monto de dinero que cuesta una casa, en trago? Estaría loca si lo hiciera.

Empecé a estudiar derecho porque siempre mi meta ha sido cambiar este país. Ahora lo estoy haciendo de esta manera, luego será de otra. Hasta mientras todo lo que me ha dado el techo, no me lo ha dado nadie en mis 25 años de vida...


LO QUE NO OLVIDARÉ DE MOMPICHE
 El bus de regreso a gye!
·         Pepe tratando de cargarme
·         El chiqui chaca más grande hasta ahora
·         El correo de brujas y el papel que seguramente Pepe puso ¬¬
·         Mi jefe de cuadrilla, Ternero y su forma ezpañolizima de leer la bitácora
·         La dañada del bus de ida y las historias de terror en medio de la nada
·         Ronald y su manía de terminar todas sus frases con “MEEEN”
·         Payuco y sus levantes
·         Adri y su felicidad cheerleaderezca
·         Monge y su manera única de motivar a todos ¬¬
·         Haber cambiado mi colchón por un sleeping para dormir en el piso porque me moría de frío
·         La guerra de canciones en la fogata
·         Lo freakys q son los quiteños jajajaja son lo máximo
·         Haber escuchado “the time of my life” versión cumbia!!
·         Haber llegado a Mompiche justo cuando era fiesta cantonal y dormir escuchando los cañonazos bailables 2011
·         El pito que se armó porque no nos dejaban construir nuestra casa
·         El perro salvaje “perri”
·         LA COMIDA QUE ESTUVO BUENAZA!!!
·         Los baños más limpios de una constru
·         NADIE RONCÓ (o yo estaba tan cansada que ni sentí)
·         Los YO NUNCA
·         Mi cuadrilla de 12!! Demasiada gente cague de risa!
·         Y que el estar lejos de Krusty me hizo dar cuenta que solo quería estar con él J

sábado, 3 de septiembre de 2011

LOS TRIPS A CUENCA Y LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

Luego de mi ida al techo se me abrió un mundo inmenso de posibilidades. Aunque no lo crean me di cuenta de que vivía en la burbuja de peluconlandia. Nunca pensé catalogarme como pelucona, pero me chocó bastante darme cuenta de que me había absorbido la rutina de una vida muy cómoda en el seno de mi familia. Después de tanto tiempo de haber pasado de relación en relación, de yugo en yugo, por fin estoy sola y feliz. Independiente casi completamente y amando mi libertad. El poder de hacer lo que quiera, cuando quiera y sin tener que dar explicación a nadie es un placer casi orgásmico para una persona que pasa del yugo familiar al yugo matrimonial (como yo). Y así es que me enfrento a un dilema mucho mayor de los que se me han aparecido antes.

Por casualidad conocí a cierto cuencano que, no lo puedo negar, me movió el piso. No sólo por ser todo un personaje sino por tener ideologías muy similares a las mías. Nunca pensé que existiera una persona tan freak como yo, mucho menos un hombre. Pero bueno siempre hay obstáculos en cada historia que cuento, y esta no podía ser la excepción. Lógicamente el problema en este cuento es la distancia. Aunque son tres horas de aquí a cuenca, el viaje distancia cualquier pasión. Y así, como todos sabemos qué pasa con las relaciones de lejos, me cagó un poco la ilusión de haber encontrado a la horma de mi zapato. Querrán saber qué fue lo que me dijo que me hizo caer el calzón (jajaja). SIMPLE me dijo que no quería tener hijos y compartió conmigo una visión del matrimonio muy similar a la que yo predico.

Pero bueno, ahí no se termina la historia. Casi contemporáneamente, apareció en mi vida otro personaje que, está intentando, con un poco de dificultad, adentrarse en mi pequeño órgano bombeador de sangre (corazón). El trip con este señor, es que es un amor. Podría decirse que es todo lo que he querido en un hombre. Cariñoso, atento, detallista, preocupado, un caballero a carta cabal, como solían decir “en antes”. Así que se preguntarán ahora cuál es el  problema. Pues ni yo lo se. Espero que me puedan ayudar a descifrarlo.

Me fui a cuenca a ver si había feeling con el personaje cuencano. Y resulto que, por lo menos por mi lado, corría un chorro bien grande de feeling. De ahí el título de este post. Los trips a cuenca porque en este momento me dispongo a viajar nuevamente, con la bendición de Dios. Pero ahí no terminará el cuento. Sí, aquí en Guayaquil tengo alguien que me puede hacer feliz, aceptando toda mi naturaleza conflictiva y complicada pero, no sé por qué mi mente sigue en cuenca. No se si estoy cayendo en lo mismo de lo que me he quejado siempre, de la gente mal llevada. No se si es que tengo miedo de perder mi independencia, la cual me ha costado obtener. No se si simplemente tengo un capricho.

Cuenca n me ofrece más que visitas de vez en cuando. Guayaquil me ofrece una vida entera. Pero Guayaquil no me da la emoción que me da estar en cuenca. ¿Me explico? Tal vez pueda enamorarme completamente de cuenca y vivir siempre queriendo estar allá. Quizás termine de enamorarme de mi Guayaquil pero termine aburriéndome de él. No lo sabré hasta que lo pruebe. Lo que me da miedo es quedarme desterrada de cuenca y Guayaquil, sin pan ni pedazo. Tough choice… Veré qué hago y les cuento.



¿Por qué será que cuando encontramos lo que queremos nunca es lo suficientemente bueno?