viernes, 3 de agosto de 2012

PARA QUE ME QUIERAS COMO QUIERO


“Te quiero como quieres, me quieres como puedes, no quiero seguir queriendo así…”

Algunos reconocerán la letra de esa canción. No me juzguen, cuando uno está en estado de depresión las letras de Arjona son las que más te invitan a cortarte las venas, junto con algunos otros autores. En algún momento leí que cuando estás triste tu cerebro te indica que escuches música depresiva, pues busca un poco de empatía a lo que estás sintiendo.

Mucho de lo que escribo se ve inspirado por mis experiencias. Muchas buenas, muchas malas y están éstas que son las peores. Las que te obligan a tomar decisiones que, no siempre, son las más placenteras.

Pero bueno, Arjona solo ha inspirado el título de este post. Creo que la canción que mejor refleja lo que estoy pasando es “Eso” de Alejandro Sanz.



Sí, este post trata de cuando, aunque estás feliz con alguien, no es lo que quisieras que fuera. Tal vez el ser humano o las mujeres, no se, tenemos más claro cómo son las cosas. O tenemos esa manía de querer cambiar todo. No sé cómo llamarlo. El asunto es que, estoy segura de que muchas y muchos, habrán tenido este mismo problema en algún momento de su vida.

“Primero, que tú has sido para mi lo más grande en este mundo. Yo que fui lo que tú digas… Dos, que alguna vez quisimos compartir el breve instante que es la vida. Y tres, que hoy yo vivo en la ruina de un silencio que va dejándome sin voz…” En la vida existen etapas. Etapas para divertirse y no tomar nada serio. Etapas dónde ya buscas una estabilidad visible en tu vida. Etapas dónde sólo quieres descansar, etc. Es muy difícil encontrar a alguien que esté realmente en la misma etapa en que tú te encuentres. Yo, por ejemplo, me encuentro en la etapa en que me he cansado de andar pajareando y estoy buscando un sentido de estabilidad en mi vida. Es raro en alguien de mi edad haber llegado tan pronto a esa etapa. Ya me cansé de farrear, de beber hasta no saber ni cómo me llamo. Simplemente, la vida, se ha encargado de hacerme madurar más rápido. Tal vez será que, como madre, no me puedo dar el lujo de preocuparme por cosas un poco más vanales. Necesito una relación adulta. Así como lo leen, adulta. Sé que soy inmadura todavía en muchas cosas y es por esto que necesito alguien que me ayude con mis falencias. Que esté ahí para levantarme si me caigo. Que me ponga el hombro para llorar y que me ayude a subir el ánimo luego. No muchos están dispuestos a eso.

Y es así como cada uno de nosotros tiene situaciones diferentes que hacen de nuestras vidas algo un poco complicado. Con tanta porquería nueva que hay en nuestra sociedad, ya hay muy pocas personas que pueden tener la dicha de no haber cometido ningún error sustancial, que lo haya puesto en una situación diferente a la de los demás. Quiero decir que pocos pueden decir que no han metido la pata en ningún aspecto de su vida. Y los que la han metido, obviamente estarán inseguros de los pasos a seguir para rectificar los errores cometidos. En cuanto a relaciones, cuando estás en una etapa de “joda” no te importa nada. Simplemente te lanzas y ves que sale. Cuando estás en una etapa como la mía, ya eres más cuidadoso. No te abres realmente a nadie a menos que sea excepcional.

Pero ¿qué pasa cuando te equivocas? No sé si idealizamos a las personas o tal vez queremos que sean de otra manera. Ése es el problema. Ahí comenzamos a querer cambiarlos. Y ¿qué pasa cuando son “perfectos” sólo que no están en la misma etapa? De eso exactamente este post. De cuando estás locamente enamorado/a de una persona a la que le darías todo, porque se lo merece, pero que en ese momento no quiere las mismas cosas que tú o que no entiende todavía las mismas cosas que tú. De esas decisiones difíciles hablo. ¿Qué hacer? Si estás con una persona que no quiere lo mismo que tú. Que sabes que alejarte te hará daño, pero estar ahí también te hace daño. QUE NO TE QUIERE COMO QUIERES, SINO QUE TE QUIERE COMO PUEDE.

Es difícil querer así, hasta con el último átomo de tu cuerpo. Querer de manera que te duele la ausencia. De ese dolor físico que te produce ansiedad. Es difícil. Y es más difícil aceptar que, aunque amas a esa persona, no te hace bien estar con ella/el.

“Verdad que soy difícil pero he sido para ti lo único profundo…” En este desfase de etapas, ¿cómo lidiar con cosas para las que no estamos preparados? No hay cómo. Si no estás preparado no hay cómo. Es imposible obligar a alguien a que, de un momento a otro, entre a una etapa diferente a la que se encuentra. La etapa de joda tiene muchos pros, te diviertes mucho, tal vez sean los días que más recuerdes en tu vejez. Las locuras que haces, los momentos inolvidables. Pero en cambio la etapa de estabilidad tal vez te de más riqueza emocional. Te dará momentos que serán, tal vez, lo que quieras para toda tu vida. Una relación en la etapa de joda, será tal vez la más bonita que recuerdes hasta viejo. Pero una relación en la otra etapa, será la que conserves para toda tu vida.

Una persona en etapa de joda busca a otra para pasar un buen rato, puede ser en una relación, vacile, etc. Pero busca alguien con quien salir, una compañía, un compinche, un acolitador. En etapa de estabilidad, buscas a alguien con quien compartir tu vida, con quien pensar en un futuro. Buscas para no buscar más.

Cualquiera de las dos etapas son naturales en el ser humano. Y se deben disfrutar cada una de ellas. No creo que ninguna de las dos esté mal. Simplemente te llegan. El hombre va madurando y va llegando a la etapa que le corresponda. No hay manera de saltárselas o apresurarlas. Ahí viene el problema. Pasa muchísimo porque las mujeres maduran más rápido que los hombres. Pasa que una chica está en una etapa y el otro todavía está en la anterior. O al revés, te encuentras un tipo que se quiere casar, pero tú estás pensando en otras cosas. Ahora realmente entiendo una relación que tuve hace poco. Él, obviamente mayor a mi, quería casarse máximo en 2 o 3 años y estaba buscando alguien que le siga el ritmo. Obvio lo mejor que se pudo hacer fue terminar, porque no podíamos obligarnos el uno al otro a hacer cosas para las que no estábamos preparados.

“Y yo guardándome el secreto…” Cuando encuentras a alguien que es perfecto para ti pero que no está en tu etapa, ¿sigues con él/ella aunque te hace daño que no quiera lo mismo que tú o prefieres esperar solo? Es un win win situation… Ok un lose lose situation. Algunos prefieren sufrir en silencio. Y está mal. Guardar tanto malestar está mal. Yo prefiero sufrir sola un tiempo, que recriminar durante años a un hombre porque no me da lo que yo quiero.

Les explico de manera más puntual el asunto. Yo, por las vueltas que da la vida, he aprendido a pensar siempre en función de otra persona. Esto no quiere decir que dejo de lado lo que quiero, para nada. Quiere decir que tomo cada decisión en consideración de la persona con la que estoy. Soy egoísta muchas veces porque me he ganado el derecho de serlo, pero en las cosas mutuas, que podrían afectar de una u otra manera a mi pareja, prefiero pensar antes en él para decidir. Es lo normal en la etapa en que me encuentro. Eso lo aprendes cuando ya tienes un compromiso serio. Ese compromiso casi instantáneamente se adquiere con el matrimonio, vivir juntos, etc. Como yo ya estuve casada, ya tengo inherente a mi esa aptitud de pensar en función de dos, en vez de sólo mía. Yo entiendo que una persona normal, de mi edad, que no haya pasado por lo que yo he pasado, no tiene por qué tener esa aptitud. Porque el instinto de quedarse con una sola persona para el resto de tu vida llega más tardecito, y mucho más en los hombres. Por eso mi padre siempre me dijo que saliera con viejos, que puedan cuidarme y enseñarme. Como siempre, las cosas nunca son como quieres que sean…

“Lo que no entiendo es que ahora vengas otra vez a prometerme una vida entera pero a tu manera…” Aquí viene el momento en que se contradicen muchos sentimientos. Queremos seguir juntos pero sabemos que no funciona, que siempre existirá el conflicto de querer algo más. Como dije, no hay como obligar a alguien a que se salte una etapa, pero también es muy difícil sufrir por no tener lo que quieres. Sufrir porque no te quieren como quieres. Muchos pensarán que el amor es paciente, el amor hace todo. Sí, pueden tener razón. Una persona enamorada hace de todo por hacer feliz a la otra, pero muchas veces no puede. Simplemente no puede porque no entiende lo que quiere la otra. No está en él/ella. No le nace. Y esto no es algo malo. Como dije anteriormente, en cada etapa aprendes cosas nuevas. Es imposible que a una persona en etapa de joda le nazca la necesidad de pasar cada instante de su vida con una sola persona, se estaría perdiendo de mucho. No es que son malos, sino que no están preparados para esta otra etapa. No son insensibles, simplemente su cerebro no está programado para eso. Digamos que no les ha llegado la actualización de sentimientos. No es su culpa y tampoco podemos forzar la actualización porque se puede dañar el sistema. Creo que es la mejor metáfora que pude proponer.

Pero no por querer seguir juntos y evitarnos el dolor de separarnos, seguiremos prometiendo y tratando de cambiar a la otra persona. Eso ocasiona más daño al final. No vas a poder abrir nunca un archivo de Word nuevo en una pc vieja que no tenga modo de compatibilidad. Tratar de forzar esa relación puede resultar en daño del software. Así de simple. A veces es mejor aceptar no estar juntos en vez de hacernos daño por buscar algo que no podemos tener.

Al final será lo que Dios, Jebus, Alá, Buddah, quiera. Si esa persona está destinada a estar contigo, la iluminación le llegará pronto. Sino te llegará a ti para tener paciencia. O sino conocerás a alguien que esté en tu etapa, que te quiera como quieras...

“Ya no te busco entre las nubes, ni me enfrento a tempestades, ya no me importa si me quisiste, porque en mis sueños yo te tuve… Además hay gente que no consigues olvidar jamás, no importa el tiempo que eso dure.”