Estimados
seguidores, lectores, amigos…
La mayoría
de ustedes están en el mismo rango de edad que yo, verdad? Entre los late 20’s
y los gloriosos 30’s… Esta es una carta abierta a todo aquel, considerado
adulto… Aunque, en teoría, todos somos considerados adultos al cumplir la
mayoría de edad… Pero eso está bastante alejado de la realidad…
Este encierro
ha sacado lo mejor y lo peor de todos nosotros. Luego de 3 años en remisión, la
semana pasada, tuve mi primera crisis de ansiedad. Gracias a Dios todo se
solucionó luego de un buen llanto. Creo que, en estos momentos, el llanto es
super necesario para desahogarnos de todo lo que estamos viviendo.
Pero vamos
al problema, al trip, al meollo del asunto, que nos ha reunido hoy a escribir,
a mí, y a leer, a ustedes. Resolver los problemas, situaciones que se puedan
presentar como adultos.
Ok, todos
tenemos las emociones a flor de piel, es lógico que ya tengamos los niveles de
paciencia al máximo. Todos tenemos problemas. Todos hemos visto fallecer a
familiares o personas cercanas. Estamos en un caldo de cultivo de sentimientos
que, sí o sí, van a salir a flote en cualquier momento. Lo entiendo. Pero
insisto, como siempre, en la comunicación asertiva. Conservar la calma es
difícil, pero es lo que se debe hacer, antes de fracturar relaciones.
Peco de ser
fosforito. Y, aunque trato de controlarme durante mucho tiempo, a veces,
simplemente se me sale el no aguantar ninguna huevada que perturbe mi paz. Por
eso soy fan ferviente de hablar las cosas, en el momento, antes de que escalen a
problemas más grandes. Pero no me refiero a en el preciso momento, en donde los
ánimos estás caldeados. Sino luego de que pase un rato, cuando estemos más
calmados. Pero que siempre se hablen. Los problemas no desaparecen si los
barres debajo de la alfombra.
Lo peor que
puede hacer un ser humano, sobretodo conmigo, es esperar que los problemas
desaparezcan sin haberse hablado. Todo, absolutamente todo, se puede resolver,
mediante el diálogo y los compromisos de parte y parte. Entonces entenderán
cuánto me cabrea que alguien, en mi mismo rango de edad, tenga conductas de un
crío adolescente. Por más que trate de ignorar estas conductas, en algún
momento tendré que liberar mi disconformidad. Sorry, pero no me puedo quedar
callada.
Tratemos de
comportarnos como adultos responsables, no sólo de nuestros propios
sentimientos, sino también de nuestras palabras y acciones. No podemos ir por
la vida, diciendo cualquier cosa que, pueda o no, herir a alguien, con la
excusa de que estamos encerrados y estamos sujetos a grandes niveles de estrés.
Todo lo que decimos o hacemos tiene repercusiones, a veces muy importantes, que
bien pueden dañar por completo una relación u amistad.
Vamos! Ya
no somos niños! Dejemos de buscar excusas y hablemos…
Es bueno desahogarse escribiendo, es mucho mejor, si alguien lo Lee, y muy satisfactorio el ser leído. Sigue en tu travesía, el tren de las letras sigue su curso, y en cada parada hay nuevas historias por compartir, saludos
ResponderEliminarLo más importante es hablar la comunicación tiene que ser lo más transparente posible y es verdad no podemos hablar y después olvidarnos de las consecuencias de lo que dijimos.
ResponderEliminarManu en tt escribe con Flow de barrio, una de esas cosas que te enganchan, ahora veo que es muy formal y estricta para la redacción. Mi saludo con todo el Ashe Pa usted.
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