Por si no lo saben, HOY, hay varios planetas en retrógrado. Yo, personalmente, no soy de creer en estas cosas. Pero he entrado a una etapa de mi vida en que ninguna teoría es lo suficientemente loca, como para no creer que tiene algo de verdad en ella. Soy una mujer de ciencia, pero hay alguna razón por la que, la astrología, ha sido considerada una ciencia por miles de años. Así que vamos a darle el beneficio de la duda (aunque sea). Que estén los planetas en retrógrado significa que muchas cosas van a estar “mal”, tecnología, sentimientos.
Justo en estos días notaba, en
redes sociales, cada vez más post de personas que se sentían mal. Tenemos un
malestar masivo. Y obviamente se puede deber al hecho de que estamos justo en
medio de una pandemia mundial, pero también se puede deber, coincidentemente, a
que, los astros, andan jodiéndonos la existencia.
Este post es un poco especial y
tiene dos dedicatorias, a alguien a quien quise mucho, y a las madres y padres
de hijos varones. Más que nada a esas madres que se consideran feministas y
que, al final del día, no entienden bien lo que significa esta ideología.
Siempre he dicho que yo no soy borrego de nadie, tengo mi propio pensamiento. Y me he formado, y he leído muchísimos puntos de vista, para desarrollarlo. Es por eso que ninguna ideología, me representa al cien por ciento. Igual que con la religión, el feminismo lo vivo my way. Desde mi trinchera y con mis mejores recursos. Aún así, por el mismo hecho de ser feminista, sería incapaz de juzgar a las demás, que deciden vivir su feminismo de manera diferente al mío. Y, antes de que salgan con alguna huevada, sororidad no significa solapar conductas de otras mujeres. Sororidad es apoyar, estar ahí cuando lo necesiten, mas no, estar de acuerdo con todo lo que hacen, aún si no va con nuestra forma de pensar, ok?
Ok, sigamos…
Ya escribí un post sobre la
importancia de nutrir a nuestros hijos varones, de la misma manera en que
nutrimos a nuestras hijas mujeres. Y, ahora, les contaré la razón por la que reitero en este tema. Durante toda mi vida, me he encontrado con
hombres con muchos problemas, más que nada, el de no saber gestionar sus
emociones. No poner en orden sus prioridades. Huirle al conflicto. Cosas que no
hace un adulto funcional. A este fenómeno lo llamo: crecer siendo millennial en
Latinoamérica.
Nos crió una generación
extremadamente violenta, con unos parenting skills casi nulos (en la mayoría de
casos, no todos), nos criaron haciendo caso al miedo y no al respeto, etc., etc. Y antes
de que me digan “a mi me pegaron y yo soy un hombre de bien”… No me cansaré de
decirlo: ¡NO ESTÁS BIEN RAÚL! Pero bueno, haber crecido en estos ambientes, sumamente disfuncionales, nos ha hecho convertirnos en adultos con un sinnúmero
de problemas existenciales. “La generación de cristal” nos llaman. Verás,
Raulito, no soy de cristal, no es que me molesta todo lo que veo, lo que pasa
es que he leído, me he informado, y sé que, científicamente, pegarle a un niño
cada vez que hace algo mal, crea adultos frustrados. En el peor de los casos,
ese niño, con la influencia del internet, te va a asesinar mientras duermes
algún día. Sólo para que lo tengas presente. *wink*
Pero ¿a dónde quiero llegar con
todo esto? La verdad no sé si es porque soy escorpio, o en sí es mi
personalidad y mi complejo de superheroína, que creo que mi misión en esta vida
es ayudar a la mayor cantidad de personas que me sea posible. Aunque creo que
me equivoqué de carrera, debí estudiar psicología y no derecho, pero eso es
otro asunto. La cosa es que mi naturaleza me llama a grandes cambios, no sólo
personales, sino de las personas que quiero. Y que, obviamente, me tocan los Raules,
más Raules del medio. Chicos que, en su infancia, no fueron nutridos
correctamente. Que crecieron en hogares disfuncionales, tal vez con padres muy curuchupas.
Y, más que nada, con la idea de que la psicología es solamente para la gente
loca. Por ende, no tienen idea que, la razón por la que tienen tantos problemas
siendo adultos, viene muchísimo más allá de “no tengo plata” o “no hay trabajo”.
Entonces, me he dado cuenta que
existe un patrón en mis relaciones, y es que la mayoría de mis ex, ha tenido
algún tipo de situación disfuncional mientras crecían. Y, yo, como ya hice terapia
y me creo wonder woman, me lleno de paciencia y trato de ayudarlos con esos
issues que, a veces, ni siquiera aceptan que tienen.
El novio del que me enamoré
perdidamente: relación enfermiza con la madre, presión de sucesión por ser el
primer hijo varón, baja autoestima lo que le hizo entrar en depresión cuando se
quedó sin trabajo.
El siguiente novio: presión de
ser tan adinerado como el padre, presión de cuidar a la familia en caso de
cualquier eventualidad (único hijo varón), presión por ser un buen proveedor
para mi (WTF, yo ni siquiera quería casarme).
The next: Padres con un divorcio
complicado, convirtiéndose él en “figura paterna, cuidador, etc.” Mala relación
con el padre que le gustaba andar con muchachitas 30 años menores. Criarse
siendo el único varón con un abuelo que no demostraba afecto, solamente
autoridad.
And the last: Criarse con una
madre curuchupa, el último de los hermanos, con los que tiene más de 10 años de
diferencia. Una separación matrimonial que incluía otra familia de por medio
(escondida por muchísimo tiempo). La idea, obviamente, de que el sexo pre
matrimonial es pecado. Si te divorcias es pecado. Si te masturbas es pecado.
Son muchos pecados. Mala relación con la madre obviously.
Patrón? Obviommm y como buena
escorpio, apasionada, cariñosa y “ayudadora”, siempre me llené de paciencia y
entendí de dónde venían estos niños, ahora adultos. Muchas veces puse mis
intereses y mis necesidades por debajo de las suyas. Y es que yo también tengo
mis issues y, uno de los más grandes, es que quiero ayudar (criar) a todo el
mundo desde la culpa. Quiero que tengan lo que yo no tuve, amor, afecto,
alguien que los escuche, que los apoye, etc, olvidándome que todos somos mundos
diferentes. Lo bueno es que yo tengo a Susana que me pone en regla. Tengo a
Majo, que me ayuda a canalizar mis emociones. Y tengo a Débora que me manda una
puteada cuando lo necesito. Y he aprendido, con el tiempo, una frase (que no
recuerdo quién la hizo famosa): “NO SOMOS CENTRO DE REHABILITACIÓN”. ¿Voy a
seguir siendo empática con los problemas de las personas que quiero? Por
supuesto, pero nunca más pondré mis necesidades en segundo lugar.
Pero aquí viene lo importante, el
meollo del asunto y el por qué del título de este post. He estado leyendo mucho
sobre feminismo interseccional y se los voy a resumir en “buscar la igualdad de
todo ser humano, no sólo de la mujer, para que no exista más opresión en ningún
sentido”. No es solamente eliminar la opresión de la mujer, sino de todo ser
humano. Solo así podremos dejarles un mejor planeta a nuestros hijos. Y esto
comienza desde casa, educando a las nuevas generaciones.
Cada vez que oigo que quieren
cancelar alguna película, video o cuento de antes de los 90s, pienso que no
podemos ver las producciones, de antes, bajo el lente de ahora. Pero también
pienso que si no lo hacemos ahora, las siguientes generaciones seguirán creyendo
que esos comportamientos son normales.
Entonces tenemos una tarea. Más
allá de criar hijos con los que tus hijas se sentirán seguras. Hijos que serían
incapaces de cometer un abuso físico, una agresión sexual. Más allá de
enseñarles a respetar a las mujeres, a sus amigas y a desconocidas en general.
Enseñémosles a gestionar sus emociones, empoderemos sus decisiones, de la misma
manera que le enseñamos a las niñas. Porque muy a parte del abuso físico,
recordemos que también existe el abuso emocional y muchas veces es casi
imperceptible. Y ya estoy cansada de ver, cada vez más, los términos fuckboy,
personalidad narcisista o ghosting. Este tipo de cosas, en menor o mayor escala,
también hieren, también afectan y también deberían ser consideradas una
agresión. Estoy cansada de ver videos de chicas diciendo "PÁGAME EL PSICÓLOGO" (lo cual sería lo más justo, pero bueh).
No digo que sólo los hombres
hacen estas cosas, pero a las mujeres les enseñamos desde pequeñas muchas cosas
más, a nivel emocional, que no les enseñamos a los niños porque “llorar es de
geis”… Ya hasta me hicieron dar dolor de cabeza. Las emociones no son buenas o
malas, todas son necesarias. Llorar es necesario, sentirse vulnerable es
normal, ser proveedor NO ES UNA OBLIGACIÓN EXCLUSIVA DEL HOMBRE. Más allá de
criar hijos con los que tus hijas se sientan seguras, críen ADULTOS
FUNCIONALES, que no hagan daño físico, ni emocional (consciente o inconscientemente).
Que sepan reconocer sus emociones y gestionarlas. Que tengas los huevos y las
herramientas para resolver conflictos, no huir de ellos. Que aprendan a
reconocer y a VALIDAR los sentimientos de su pareja.
Empoderemos a nuestros niños a
que sean lo que quieran ser. A los que no quieren usar pantalón, sino falda. A
los que no quieren ser abogados, doctores, sino balletistas o músicos. Criemos
grandes SERES HUMANOS, no grandes hombres o mujeres. Apoyemos y ayudemos a
desarrollar individualidades. Ya nosotros estamos jodidos, no jodamos otra
generación más POR FAVOR!
Y bueno, con los planetas en
retrógrado, hoy es el día de dejar ir. Así que dejaré ir mi complejo de wonder
woman, con la promesa de no criar más hombres adultos, pero sí criar a mis dos
varones como seres humanos excepcionales. Hombres con las que tus hijas se
sentirán seguras y que, además, las harán muy felices en todos los aspectos
posibles.
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