Me propuse, como una de mis metas del 2021, escribir más.
Así que este es mi primer intento de hablar de un tema que me viene jodiendo la
cabeza hace un par de años. No sé ¿En qué momento de la historia de la humanidad,
algún sabio o psicólogo dijo: nadie puede sentir amor en determinado periodo de
tiempo? ¿Alguien lo sabe? O sea es como si alguien, en algún punto de la
historia, se haya decretado la policía de los sentimientos, y aseveró “nadie puede
decir TE AMO en dos semanas de conocerse.”
Para los que siempre están pendientes de lo que escribo (más
por el chisme que por cualquier otra cosa) debo comentarles que, el caballero de
mi anterior post, ya no está en mi vida. Y ¿qué creen? Pues que no fui yo la
que se aburrió o hizo huevadas. Así que, por esta vez, estoy salvada de haber
dicho que encontré el amor de una buena vez. Pero, coincidentemente, eso es lo
que me lleva a este post… ¿Cómo hablamos cupido? ¿Lo amaba o no lo amaba? En
ese momento, definitivamente, se sentía así. ¿Quién podría definir, con
certeza, qué era lo que yo sentía?
Últimamente he estado viendo “This is us” y hay algo que
dice Rebeca en la segunda temporada. Intentaré parafrasear el asunto porque no
tengo memoria fotográfica: “Nunca dejaré de amar a mi esposo (fallecido), pero
lo que tengo ahora con Miguel me hace feliz. Es un amor un poco más viejo, más
tranquilo, pero estoy feliz”. Siempre pensé que encontrar el amor en la vejez,
después de una pérdida, debe ser el regalo más grande del mundo. Y como soy
super dramática, me parece que he llegado a la vejez, a mis 34 años,
arrastrando un matrimonio fallido, típico de una millenial (jeje). Ok, yo sé
que no estoy vieja, but it feels that way. ¿Por qué les comento esto? Creo que
tiene que ver con lo que decía en el post anterior, los 30s no me quitaron la
capacidad de emocionarme por alguien y volver a sentirme como adolescente. Seguro
creerán que hay algo raro en mí. PUES NO MIS CIELAS! La verdad he tratado este
tema con Susana (mi terapeuta) y dice que TODO OK.
Y ahí es que me entra la duda. Porque definitivamente, a
ratos, siento que amo a alguien. Luego, cuando terminamos, me doy cuenta que,
tal vez, no era amor. Pero ¿Qué era? Seguramente idealizo a mis parejas; tal
vez soy muy confiada y no le hago caso a los red flags que me manda el
instinto. Tal vez soy muy… ¿Tonta? Todo puede ser. Lo que sé es que, en el
momento que me nace decir TE AMO, lo siento. Y el problema, creo yo, es que le
tememos tanto a esa frase. Le ponemos infinitas cargas encima. Creemos que
decirlo significa algo irrompible, interminable. Por eso nos cuidamos tanto de
decirlo, porque no queremos “gastarnos”.
Y hago énfasis en “gastarnos” porque el amor no se gasta. No
es que, si hoy le dices a alguien que lo amas (y eso no funciona), mañana ya no
vas a tener más amor para otro. La sociedad entera se ha vuelto una snob del
amor diciéndonos cuándo debemos sentir, cuándo debemos ocultar, cuándo debemos
NO SER NOSOTROS MISMOS. Y, justamente, hace un par de días vi un video de Diego
Dreyfus que decía algo así como “sé más tú… va haber gente a la que le caigas mal,
habrá gente que te pruebe y no le gustes. Pero habrá alguien que se atreva a
adquirir ese gusto. Y también habrá el que te pruebe y a la primera diga DE
AQUÍ SOY”. Me pareció lo más acertado que he escuchado en algún tiempo.
En discusiones con mis padres, en donde me dicen cómo creen
que debo ser (menos intensa, menos apasionada, menos acelerada), por fin he
podido decir que, en este momento, me amo a mi misma exactamente como soy. Me
ha tomado años llegar a este punto de aceptarme tal cual. A mis 34 años no voy
a cambiar mi manera de ser porque ellos creen que a la sociedad no le va a
gustar lo que ve. A estas alturas de mi vida, realmente, me vale trozos. Seré
como me hace feliz ser. Y a mi me hace feliz ser así. Y LLEGO AL MISMO PUNTO
DEL PRINCIPIO…
En este momento estoy tratando de llevar una relación “SANA”,
en mayúsculas, porque es la primera vez que estoy siguiendo las reglas
aceptadas por los snobs del amor. Y siento que me guardo cosas que, no sé si
para la otra persona, pueden ser importantes. A veces lo escucho, o leo sus
mensajes, y me digo para mi misma, y mis adentros “puta madre este hpta no
puede ser real, lo amo”. Y mi cerebro se contradice a sí mismo. Porque le mete
prejuicio… “No lo puedes amar tan pronto, es imposible, no es socialmente
aceptado que demuestres eso…”. Y por allá la tripa le grita: “OYE CRV?! PERO NO
ESTÁS VIENDO LO QUE ES EL MAN? CÓMO LE VAS A DECIR QUE NO SE PUEDE?”
Y ¿saben qué? He llegado a la conclusión de que es muy cierto
el dicho de que “cada uno da lo que tiene dentro”. No me arrepiento de haberle
dicho TE AMO a personas importantes (y a uno que otro mamarracho) durante toda
mi vida, aunque alguna vez me hayan decepcionado, aunque no haya funcionado,
aunque ya no estén conmigo. Porque AMOR es lo que yo tengo dentro. AMOR es lo
que yo soy. Y me encanta.
Yo séeeee qué dirán. “Esta man está loca, le encanta la
verga, no puede estar sola, bla bla bla”. I know you, stupid bitches. La
sociedad es número uno en prejuicio y último lugar en empatía. Así que si vamos
a estar esperando que todo el mundo esté de acuerdo sobre nuestras decisiones,
nos vamos a morir y no vamos a haber disfrutado absolutamente nada. Ya es una
nueva década, que les importe lo que diga el pueblo está out of fashion, bebés…
Si igual nos vamos a morir… ¿No quieres vivir tu vida como
tú quieres vivirla, en vez de estar preocupad@ por lo que pueda pensar la gente
de ti?
Como bonus les dejo esta canción que tiene TODO que ver con este post:
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