El otro día vi un tik tok de un
chico guapísimo que contaba que su mamá le había preguntado si era verdad que
le gustaban los hombres. Su respuesta me pareció muy acertada: “no, mamá, no me
gustan los hombres, los hombres me ponen cachondo, a nadie gustan los hombres.”
Y sí, las mujeres somos seres superiores por mucho, fuera de joda, somos más
sensibles, somos completamente multitasking, TENEMOS EL PODER DE DAR VIDA Y
ALIMENTARLA SÓLO CON NUESTRO CUERPO. En general, ¡somos unas diosas!
Pero este no es un post sobre lo
maravillosas que somos las mujeres (que no se me note el amor propio, o ¿sí?).
Este es un post sobre los hombres. Todas tenemos amigas, y muchas veces
nosotras mismas, hemos dicho la frase “todos los hombres son una mierda”. Todas
nos cruzamos, nos enamoramos, de un mamarracho (o varios) que nos dejaron de
trauma la generalización. Y, dejando a un lado a abusadores, machistas y
psicópatas, quiero hablar específicamente de los hombres comunes que, también
han sido metidos en el saco de caca de nuestros traumas.
Del experimento de esperar para
hacer las cosas bien, me llegó una revelación muy valiosa. Muchas veces nos
metemos en relaciones románticas, demasiado rápido, pensando en que todo va a salir bien. Les
damos el beneficio de la duda. Todo parece perfecto, hasta que ZAS! Simplemente
ya no lo es. Te das cuenta que esta persona de la que te enamoraste, te dio
exactamente lo que tú querías para atraparte en sus garras (sé que es una
exageración, pero denle chance a mis hipérboles). Y ahí, estúpidamente
enamorada, te sientes como zapato con hueco, por donde se filtra el agua si
caminas en la lluvia. Pero no nos damos cuenta que esta imagen que creamos, y
que, el susodicho, nos ayudó a crear, no es más que una idealización del príncipe
Felipe de Disney. Y esa inseguridad que nos generó esa, o esas relaciones
fallidas, nos joden el resto de nuestras futuras relaciones.
Ahora, el mundo de las relaciones
se vuelve cada vez más difícil desde que existen las redes sociales. Ya no
conocemos gente a través de amigos, como en antañommm, y ni siquiera eso
funciona, en ciertas ocasiones, porque, CRÉANME, he tenido malas experiencias
de amigos que “me han recomendado” para salir y que fueron pésimas (esta va
para ti Joros). El problema en sí es que TODOS tenemos traumas emocionales no
resueltos y, entre amigos, normalizamos estos issues. Lo cual te hace pensar
que ellos, de verdad son buenos partidos, a pesar de… Y las redes sociales nos ayudan a crear una imagen perfecta de nuestras vidas, porque !Vamos! Nadie comparte sus momentos tristes en redes...
Los millenials venimos de una
crianza complicada, donde la generación pasada tenía muchos traumas, muchas
carencias, donde no estaba normalizado ser cariñoso, se comunicativo, ser
asertivo. Más que nada en Latinoamérica nos criamos con el “porque yo lo digo y
punto” o con el “debes llegar virgen al matrimonio, y si te vas de la casa te
vas casada”. Lo cual nos generó muchísimos traumas y, aunque la gente no lo
quiera ver y diga que a ellos les pegaron y están bien, PUES NO MI CIELA! No
estás bien porque sino no tuvieras tantos problemas de compromiso, confianza,
sin responsabilidad afectiva, no sabemos cómo comunicarnos de manera asertiva.
Hay tantos issues que nos generaron estos padres que trabajaban todo el día y
que llegaban cansados. Obviamente hay excepciones, pero la gran mayoría vivió
con esta generación que no sabía ser padres. Y está bien, nadie nace sabiendo
cómo ser padre y, en ese tiempo, no existía tanta información como la hay ahora
sobre estos temas. No les estoy echando la culpa a mis viejos, ellos hicieron
lo mejor que pudieron con lo poco que tenían disponible. Pero, de aquí en
adelante, LA RESPONSABILIDAD DE SANAR, PERDONAR Y MEJORAR ES, EXCLUSIVAMENTE,
MÍA.
Creo importantísimo, y lo dije en
algún tuit que recibió mucha atención, volver a normalizar la pregunta ¿cuáles
son tus intensiones conmigo? No porque quiero amarrarme en este instante, o
porque veo un futuro lleno de hijos y un perro contigo. Lo que quiero saber es si
le pongo empeño a esta huevada, si dejo ir al ganado o si sólo estamos
jodiendo. En este momento existen demasiados tipos de relaciones: relaciones
comprometidas que no tienen ningún tipo de definición tradicional, relaciones
sólo para joder, en las cuales sólo se valora el sexo, relaciones abiertas,
relaciones serias en el estilo tradicional. Todo se vale siempre y cuando las
dos personas estén de acuerdo. Y todas, léanme bien, TODAS acarrean
responsabilidad afectiva. Como le dijo el zorro al principito. “eres
responsable de lo que decides domesticar”.
Todas tienen vínculo afectivo, ya sea con compromiso o no. Así que pilas
con eso. El problema realmente es que, en muchas ocasiones, no somos sinceros y
fingimos un vínculo más fuerte para conseguir cosas que la otra persona no está
dispuesta a dar de buenas a primeras. ESO sí es ser miserable. Hay billones de
personas en el mundo y tú te obsesionas con una persona, le mientes para estar
con ella y la dejas jodida para el resto de su vida, solamente para saciar esa obstinación
de estar con ella/él. Y si les hablo de esto, es porque esta huevada de ser
miserable, no es exclusivo de los hombres. Las mujeres también lo hacen solo
que de manera tapiñada por el prejuicio de que nos llamen PUTAS. A esta aseveración
siempre respondo “puta sería si cobrara, yo lo hago por amor al arte”.
Con este post no quiero meterles
el dedo en la llaga a los hombres. Lo contrario. Quiero reivindicar la imagen
de estos seres que amodio con todo mi ser. Porque me rodean hombres buenos, con
todos sus defectos e imperfecciones, pero que, como todo ser humano, han
cometido errores. Y quiero comenzar contándoles todo lo bueno que, yo creo, que
tienen estos animalitos de la creación.
Primero que nada y, esto no me
voy a cansar de repetirlo, el mayor problema que tienen las mujeres es querer
que el hombre se comporte como ellas lo harían. Los hombres son una cosa a
parte, son sencillos, son básicos, son niños y son inmaduros. Y esto lo digo en
el mejor de los sentidos. Los hombres son capaces de ser felices con las cosas
más pequeñas, no se complican, no se obsesionan con detalles minúsculos. Son
muy fáciles de complacer. Conservan, toda su vida, ese vínculo con su niño
interior, lo cual me parece lo más maravilloso del mundo. ¿Quién no quisiera
seguir emocionándose, a sus 50 años, con cosas de la infancia? Un juego, un
cómic, un muñeco de colección, conocer a un jugador importante, un gol. Nada de
esto les impide cumplir los roles que se han comprometido a cumplir cuando es
por decisión propia. Detesto de verdad ver videos de novias que los joden
cuando están jugando play, o que los llevan de compras horas para que se queden
sentados sin hacer nada. Hay actividades que se hacen juntos y, cuando estás en
pareja, la mayoría no entiende que NO DEBEN PASAR CADA MINUTO DEL DÍA PEGADOS
EL UNO AL OTRO. Esto solo genera una dependencia super insana.
Y ahora un pequeño story time,
para poder explicar mejor mi punto.
Toda mi vida había sido una persona
infiel. Incluso cuando estuve perdidamente enamorada, puse cachos. Y no porque
me faltaba algo (bueno una vez sí fue por venganza), no porque no me sentía
valorada. Yo pude amar a alguien con locura y, aún así, salir y ponerle los
cachos. Y nunca se enteraron, porque yo no quería hacerles daño. Yo regresaba a
mi pareja y seguía tratándolo con todo el amor del mundo, porque sí estaba
enamorada. Y, aunque no lo crean, sí estaba comprometida a esa persona. El
trip, más allá de que considero que la monogamia es sólo un constructo social
(ese es un tema para otro post), era mi ego, mi inseguridad, el no sentirme
suficiente. Y eso sólo cambió cuando comencé a trabajar en mí. No me considero
una mala persona, ser infiel no te hace una mala persona. Y se aplica también
para los hombres.
Y para cambiar esto lo que se
necesita es amor propio. Se oye fácil, pero es difícil. Se requiere de mucho
trabajo, pero vale la pena. Es verse todos los días al espejo y decirte a ti
mism@ “qué guap@ que estás”. Al principio no te lo vas a creer. Te vas a ver al
espejo y verás todos tus defectos, tus marcas, tus rollos, estrías, arrugas, manchas,
granos. Verás hasta el mínimo pelo y dirás que no eres guap@, que no vales la
pena. Pero este es un ejercicio diario, en el que llegará un día en que veas lo
que no te gusta de ti y te motives realmente a cambiarlo. Este no es un trabajo
de una sola persona, it takes a village. Y esto no es magia, es el poder de la
mente. No te voy a dar la cura milagrosa para salir de la depresión y de la
inseguridad. No existe una pastilla que te haga feliz. Esto es un trabajo de
años. A algunos se les hace más fácil, a otros más difícil. Muchos necesitan
terapia, otros han encontrado ayuda en el PLN o en el mindfulness. Cualquier
cosa que te sirva para mejorar tu imagen personal está correcta. Nos olvidamos
siempre que, más allá de querer estar guapos, fitness, bellos, debemos trabajar
en nuestra mente. La imagen interna y externa deben coincidir siempre.
TODAS HEMOS SALIDO CON UN
MAMARRACHO, get over it, sanen, perdonen. Sobre todo porque tenemos en nuestras
manos el futuro de nuestros hijos e hijas. Nosotras tenemos la misión de
criarlos como adultos con responsabilidad afectiva, inteligencia emocional,
comunicación asertiva, aunque a nosotros nos haya faltado. Si seguimos con los
traumas del pasado, si vivimos repitiendo “todos los hombres son una mierda”, los
chicos van a interiorizar que eso es lo “normal” y seguiremos generando hombres
que “son una mierda” y, por ende, mujeres con problemas de inseguridad.
Como dije al principio, sí hay
hombres, y mujeres narcisistas, con issues más heavys, no nos creamos centros
de rehabilitación. Por más buenas intenciones que tengamos, no creamos que los
podemos cambiar. Lo que estas personas necesitan es AYUDA PROFESIONAL, no un
buen sexo para que quieran cambiar sus hábitos de mierda. Eso de que el hombre
deja de valer verga cuando se engrupe, no es más que un mito, mis chiquEs…
No está demás recordarles mi lema de vida: esperar siempre lo mejor, pero estar preparados para lo peor. Pónganse las pilas!
Voy a ponerme una alarma para leer este artículo cada año. La capacidad de tener siempre en stan by a nuestro niño es magia pura, hoy pasé por una vieja casa que me recordó a mi infancia, fueron 3 segundos de una profunda alegría, detuve el auto, caminé por la vereda, me senté en la banca de cemento fuera de la tienda y volví a ser feliz como 25 años atrás. Lo más lindo de los niños es que nunca pierden esa hermosa capacidad de asombro, yo espero nunca perder la misma. Buenas noches.
ResponderEliminarMe alegra que te hayas sentido identificado! Nunca pierdas esa capacidad de asombrarte por las cosas "simples", no importa que alguna mujer te diga que cambies :)
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