miércoles, 27 de enero de 2021

FIRST TIME SEX

De pronto me vi, a mí misma, dentro de la película “The Sweetest Thing”. Cachan esa con Cameron Diaz, Christina Applegate y Selma Blair, en donde retratan la vida de tres solteras en San Francisco. Se inventan un roadtrip para ir a otro pueblo para conseguir encontrarse “casualmente” con un tipo que habían conocido en una discoteca. Es una de mis comedias románticas favoritas. Me caga de risa every time. Pero no estoy en la parte chistosa, sino en la seria, al final. Ese momento en que Courtney está saliendo con un médico y las amigas le preguntan ¿Qué tal es en la cama? Y ella responde que no lo sabe aún, no lo han hecho, porque está intentando hacer las cosas bien.

Este tema del sexo en la primera cita, es algo que me ha rondado la cabeza durante toda mi vida. Y es, más que nada, porque la sociedad nos ha impuesto ciertos “estándares de calidad”. Escuchamos a las mamás, a las amigas, a las abuelas. “No te acuestes tan pronto porque va a pensar que eres fácil”. “Si quieres una relación seria, no te acuestes de entrada”. Débora siempre me lo dice y, aunque ella es muy sabia (y un poquito bruja), yo me he llegado a preguntar si esto ¿Es simplemente un prejuicio o tiene algún beneficio a nivel psicológico?

Decidí buscar en varias fuentes cotidianas. Primero lancé la pregunta a twitter y recibí muchas respuestas. Mucha gente me habló de prejuicio, pocos hablaron de conocer bien a la pareja. Uno me habló de los “riesgos” que puedes correr en una relación sexual (sí, como si fuéramos adolescentes que no sabemos nada de sexualidad). Y tengo varias reflexiones sobre este tema.

Primero hablemos del tiempo. Muchas veces he hablado de esta estupidez del tiempo. El tiempo es eso que pasa mientras nos metemos ideas pendejas en la cabeza que no nos dejan vivir plenamente nuestras vidas. Fue una grata sorpresa darme cuenta que muchas personas hablaron del tiempo como algo relativo. Porque lo es. Existen parejas que llevan años de casados y no terminan de conocerse bien. Así mismo, parejas que, en una semana de conocerse, ya sabían que eran el uno para el otro. Y es que el tiempo es NADA, en comparación a la madurez de cada persona, de esto hablaré más adelante.

Luego tenemos el tema de el “significado” de tener sexo. Yo sé que a la gente le encanta romantizar ABSOLUTAMENTE TODO, pensar que cuando tienes sexo “te estás entregando en cuerpo y alma”. Pero ¡Vamos! Que no estamos en una película de Disney. Sí, a mí, me parece que el sexo con alguien que amas es una huevada maravillosa, muy por encima del sexo casual, pero eso no quiere decir que sea realmente que estás dejando una parte de ti (como piensan muchos). Soy respetuosa de sus creencias, pero este tema de sobre dimensionar al sexo como algo reservado “para el amor de tu vida”, creo que se quedó en el siglo pasado.

Después me hablaron de la química. PUTAMADRE, la química. Pues sí. ¿De qué te sirve tener muchas cosas en común con alguien, compartir sus gustos, credos, aficiones? Si luego luego no tienen química sexual. ¿De verdad podrían pasar años con una persona con la que no tienen buen sexo? Y sé lo que van a decir: “Pero es que el sexo se va a prendiendo de la pareja”. Pues sí, pero la química no se puede fingir, ni se puede aprender. Ese click instantáneo, que te hace la vayeiyei, al momento de besar por primera vez a alguien, no lo puedes fabricar a conveniencia. Pero ya hablaré más de mi experiencia.

Ahora, a lo que vinimos. Como les contaba en el post anterior, estoy saliendo con alguien, con el cual hemos decidido “hacer las cosas bien” por primera vez en mi vida. Alguien me contestó que esto de esperar te sirve para ver qué tipo de persona es con quien estás saliendo. Si lo acepta sin problemas, seguramente no es un machín cualquiera. Si no lo acepta o te presiona, corre por tu vida. Y sí que tenía razón. Me puse a pensar en todas las veces que intenté hacer las cosas bien, en donde, luego, había cedido a la presión del onvre de turno. Creo que no es necesario contar cómo terminaron esas historias (en los hilos de momentos incómodos con los hombres). Así que por ese lado ha sido un éxito este señor.

Con tantas respuestas en la cabeza, obviamente puedo entender que, esto, se trata más de un prejuicio impuesto, aunque sí tiene sus beneficios que les contaré al final. Así que acudí a una de mis mejores amigas, excelente profesional en psicología, la doctora María José Ron (con quien hacemos el podcast “Terapia que no es terapia”, lo pueden escuchar en Spotify, itunes, etc *fin del espacio publicitario*) para preguntarle si todo esto de esperar tenía alguna ventaja en el plano psicológico. Y ¿Qué creen? Pues que nooooo. Jajajajaja Coincidió en que realmente no importa tanto el tiempo sino la madurez de cada persona. Y la cito “Si no eres maduro y eres un Peter Pan, puedes ser un dios en la cama o esperar 10 años, que igual no va a funcionar. Pero si te trabajas y maduras, las probabilidades aumentan”. En mi caso, llegar a este punto de mi vida, me ha costado mucha plata y esfuerzo (porque la terapia no es barata). Y, gracias a mi Señor Jebus, me he encontrado con alguien que también ha hecho su parte para mejorar y madurar, como la gente adulta que se supone que todos debemos ser. Así que, por ese lado, hubiera dado igual si lo hacíamos de entrada o no.

Peeeeeeeero, todo es relativo en esta puta vida, entonces ¿por qué tomé esta decisión? Muy a parte de que Débora me haya dicho que no sea zorra (no fueron sus palabras, pero yo sé que eso fue lo que quiso decir), después de saber la historia de este hombre maravilloso, sí sentí la necesidad de conocernos bien antes de. Y no por mí, sino más bien por él. Él estuvo on board para una relación, con todas las de ley, desde el principio. No sé cómo lo hizo, ni quiero saber, pero encontró la manera de acercarse, SIN SER ESTÚPIDAMENTE INSISTENTE COMO ALGUNOS MAMARRACHOS QUE ME ESCRIBEN POR REDES SOCIALES HPTAS ME TIENEN HARTA, y se mostró abierto, en todo sentido, desde el primer momento en que empezamos a hablar. Puso las cartas sobre la mesa, contó sus fallas del pasado, sus inseguridades, sus miedos, absolutamente todo. Y yo sentí que, la mejor manera de agradecer toda la sinceridad y CLARIDAD, más que nada, era intentar crear un vínculo en que LOS DOS nos sintamos bien el uno con el otro.

Ahora ¿la química? Esperamos 20 días (yo anoto absolutamente todo en el calendario) para nuestro primer beso. Y, a pesar, de que fue algo extraño, y no lo digo de mala manera, la química estuvo ahí. Cosa que no me había pasado en algunos mejores primeros besos últimamente (y obviamente mentí en ese momento porque las mujeres también, a veces, solo queremos llevarlos a la cama). Y si digo que fue extraño, por lo menos para mí, es porque estaba extremadamente nerviosa. No sabía qué hacer, no sabía qué decir. Estaba tan nerviosa que me dio un ataque de risa. Pero aún así, el vínculo que ya hemos formado, permitió que fuera un primer beso memorable. Alguien me comentó esto en twitter, los nervios, ese no saber qué va a pasar, la anticipación, de verdad han sido deliciosos. Ir derrumbando esas barreras poco a poco, también. Así que ha sido un pequeño placer personal el disfrutar de cada uno de estos momentos. Muy independientemente de prejuicios y huevadas y medias.

En este momento, si fuera hombre, ya tendría las bolas azules. Sólo queda esperar que se de el momento oportuno. No digo perfecto, porque nunca nada es perfecto. Y como el tiempo es relativo, creo que hemos formado algo bonito en casi un mes de salir. Muchos creerán que es poco pero, como lo dije al principio, el tiempo es verga!

Al final del día lo que importa es cómo nos sentimos cómodos. La gente siempre va a hablar huevadas. Eso es tan certero como que nos vamos a morir. Si quieres esperar, espera. Si quieres hacerlo de entrada, hazlo. Porque si esperas: “aish que se está haciendo de rogar”. Si lo haces de entrada: “aish que puta”.

Es imposible que la sociedad entienda que debe dejar de juzgar, así que a nosotros nos debe dejar de importar.

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