miércoles, 3 de marzo de 2021

EL NOVIO SECRETO

Tengo 34 años y soy la consejera oficial de mis amigos. Tengo los mejores consejos, las mejores puteadas, los mejores instintos y las mejores salidas a situaciones complejas. Aún así, a mí, las relaciones se me hacen difíciles. Basta con pasearse por mis posts anteriores para darse cuenta que he creído estar enamorada más de una vez. Solo estoy segura de una.

Con el auge de las redes sociales, hemos construido vidas que están a la vista de todo el mundo. Y tenemos la creencia, buena o mala, de que si no se postean cosas sobre las relaciones, algo se está ocultando, algo está mal, las cosas no son tan buenas como deberían. 

Cada relación  que he tenido ha sido pública. Ya sea con mensajes, tuits, fotos. Todos han conocido a mis novios o parejas. Todos han sido partícipes de mis sentimientos. Y cuando hemos terminado, estoy completamente segura, que también han hablado o pensado huevadas de mí. Lógico dentro de la sociedad latinoamericana. ¡Qué vida tan aburrida sin ser la comidilla del barrio! Pero cuando llegas a esta edad, habiendo trabajado en tus mierdas durante tantos años, se hace más fácil hablar de estos temas y vivir tu vida como te sientes feliz.

Muchas veces comparto vídeos que hablan de lo difícil que es estar con una mujer como yo. Inteligente, independiente, intensa y apasionada en todo lo que hace. Y, aunque crean que es un mito, sí es verdad que a los hombres les intimida este tipo de mujer. Les molesta la mujer sin tabúes, les molesta la mujer libre, les molesta la mujer que no se deja dominar. Son pocos los hombres que aceptan este reto y no claudican cuando se dan cuenta que no pueden con ella. Pero este no es el tema de este post. Esta es la razón por la que, a pesar de haber tenido muchas relaciones, aún no he encontrado a la que me haga sentirme "en casa". La canción de Dido, "Life for rent" era mi himno.

O eso pensaba yo...

Por ahí he mencionado que estoy saliendo con alguien. Y, para darles contexto, debo describir un poquito a este señor que se ha ganado mi confianza en todos los aspectos. Y digo señor porque no quiero revelar nada que pueda llevar a saberse quién es (luego les contaré por qué). Primero que nada, deben saber que nos conocimos de la manera más random. Tinder. Dirán "conocerse por Tinder no es random". Pues lo es cuando, primero le das Like a alguien completamente opuesto a lo que te gusta normalmente y, segundo, cuando te quita el match de la noche a la mañana (eso fue lo que yo pensé). Y, como les digo, a pesar de ser totalmente diferente a lo que buscaba en un hombre, algo en su perfil me hizo darle Like. Tenía cara de buena gente. "Me hace falta conocer a alguien divertido", pensé. Y gracias a Dios, no me equivoqué. 

Por esas cosas del destino, nos encontramos en otra red social. Ni siquiera me acordaba quién era. Pero empezamos a conversar un poco hasta que decidimos conocernos. Lo que encontré fue exactamente todo lo contrario a lo que me encuentro siempre. El perfil del hombre macho, confiado, seductor, que abunda en Tinder, no era lo que tenía en frente. Y debo decir que me alegró muchísimo, porque ya estaba cansada de la misma mierda de siempre.

Desde ese momento estamos saliendo. Y todo, TODO, ha sido diferente. En este momento comienzo a explicarles el nombre del post. Como les dije, siempre he acostumbrado a compartir todo acerca de mis relaciones y esta vez, no. ¿Por qué? No me avergüenzo de él. No tiene otra relación.  No me importa la gente envidiosa. Me vale verga el qué dirán. 

Por primera vez en mi vida no lo necesito. Tenemos esta idea de documentar nuestra felicidad, lo cual está bien si es lo que te gusta. Pero esta es la primera vez en la que estoy con él y no pienso "quisiera tomar una foto de este momento". El simple hecho de estar viéndolo, abrazándolo, besándolo, es suficiente para sentirme feliz. Es la primera vez que no necesito validación de nadie más que de mí. 

Es la primera vez que no me da ansiedad preguntar ¿qué somos?. Yo sé qué somos y no necesito ponerle una etiqueta. El compromiso, la confianza y el cariño, está ahí sin necesidad de ponerle un nombre a la relación. Es por eso que decidí bautizarlo como "le noviè" para referirme a él, las pocas veces que hablo de él. Cuando teníamos menos tiempo saliendo me preguntó si quería definir la relación y yo dije que no, no era necesario. Cuando empezamos a salir, sí pregunté qué era lo que buscaba y me dijo que quería una relación, así que eso fue suficiente.

La última relación que tuve, antes de esta, se dio demasiado rápido. A los 2 días de vernos ya éramos novios. En menos de una semana tuvimos sexo. A la semana ya estaba conociendo a mis padres y mis hijos. Me sentía abrumada, pero el haber estado tanto tiempo en cuarentena te hace hacer Huevadasssss! Era obvio que eso iba a terminar mal. Y así fue.

Pero basta de llorar sobre la leche derramada. No voy a decir que esta vez sí va a funcionar. No voy a decir que ESTE sí es THE one. Lo que sí sé es que, esta vez, es todo diferente. A veces me quedo asombrada de lo diferente que es y cuánto me ha gustado el cambio. Tenemos horarios súper cruzados, cosa que normalmente me generaría mucha ansiedad, dado a la attention whore que soy, pero con él no me siento descuidada. Siento que mis ideas y mis sentimientos son validados. Si algo me molestó mi angustia es tomada en cuenta. Si no se puede hacer algo no me entra la rabia. Is this una relación sana? 

¿Estoy asustada? Sí, un poco. No sé qué va a pasar. Las cosas van bien y lo que más me gusta es que he roto patrones que me han acompañado durante 34 años. Y no es que todo es perfecto. Los horarios me hacen extrañarlo mucho, aún siento ansiedad cuando no me contesta tan rápido como yo contesto, pero estoy trabajando en eso. Y cada vez es menos. 

Por primera vez soy yo la que no necesita subir fotos para que todos vean que esa persona está conmigo. Mi círculo cercano sabe quién es y sabe lo que ha hecho conmigo y con eso me basta. ¿Será que estoy entrando a la vejez? O mejor dicho ¿He madurado? A pesar de las predicciones de Débora...(?)

La gente dirá que estoy tarada por confiar en alguien que no sube fotos conmigo a redes sociales. Hemos salido a lugares públicos, nos hemos besado frente a mucha gente, ¿para qué la foto? Las cosas se darán cuando tengan que darse. Por ahora la felicidad y, más que nada, la tranquilidad y paz que me da este señor, me ha dado una nueva fe en la raza masculina.

Típico de aquí a 6 meses me doy cuenta que estaba equivocada y vuelvo a quedar como payasa, ¿Quién sabe? Como siempre: esperando lo mejor, preparada para lo peor. Y que el señor Jebus me ampare.


Pero, ¿Sí ven que NO todos los hombres valen verga?

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