domingo, 31 de enero de 2021

ANSIEDAD Y RELACIONES

 

Durante toda mi vida, escribir, ha sido una manera de combatir la ansiedad. Cuando era adolescente, escribía discursos y participaba en oratoria. Luego, cuando fui “adulta”, encontré el twitter que me permitió expresar muchas cosas que había dentro de mí. Los problemas, las rupturas, los desamores, se hacen más fáciles cuando escribo sobre ellos. Porque, de cierto modo, me estoy liberando de esas pequeñas (o grandes cosas) que llevo dentro de mi corazón. Este no será un post regular, con todos los tintes de broma que les pongo a los otros. Será, más bien, un poco más serio, porque es un tema muy serio.

No fue sino hasta los 21 que me diagnosticaron Trastorno Bipolar tipo II, con ansiedad generalizada. Pero recién ya de “vieja” entendí realmente lo que esto significaba. Y quiero contarles más o menos cómo esto ha afectado en mis relaciones amorosas. De ley muchos se han de preguntar la razón por la que, la mayoría de mis relaciones no funciona, y esto tiene un poquito que ver. Aunque también puede ser porque se me acerca puro mamarracho.

Más allá de que en América todavía están muy estigmatizados los trastornos psiquiátricos, el desconocimiento se hace evidente por la falta de importancia que le dan los estados a la salud mental. Tal vez nos enfocamos en enfermedades más hardcore como la esquizofrenia, bipolaridad, depresión, etc., porque no sabemos los efectos que puede tener la ansiedad. Y dentro del desconocimiento, la mayoría de personas, creemos que los síntomas de la ansiedad son super obvios, tales como sensación de nerviosismo, agitación o tensión, sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), Sudoración, Temblores, Sensación de debilidad o cansancio, problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual, tener problemas para conciliar el sueño, padecer problemas gastrointestinales (GI), tener dificultades para controlar las preocupaciones, tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad, etc. Porque esto es lo que encontramos en internet cuando buscamos "síntomas de la ansiedad". Y como vemos que, exactamente, no tenemos ninguno de estos síntomas, creemos que estamos OK! cuando no es así. La ansiedad tiene muchísimas caras diferentes en cada individuo y, si no es tratada a tiempo, puede jodernos la existencia en muchos aspectos.

Ahora sí, STORYTIME.

Me pasa, por lo menos a mí, que las relaciones amorosas me generan mucha ansiedad. Por todo lo que he vivido en el pasado, traumas no sanados, comportamientos tóxicos míos y de otros, las relaciones se me hacen un tanto complicadas. Realmente, Susana (mi psicóloga) me ha ayudado muchísimo. Y, es más el tener a alguien que te escuche y guíe tus pensamientos, que aprender a lidiar con la ansiedad de por sí. No es que hay un mecanismo mágico para tratar la ansiedad, o una pastillita que te quita completamente los síntomas. Es una lucha interna diaria, que requiere mucho trabajo. Cuando conoces a alguien, la relación es como un lienzo en blanco. Entras con la plena confianza de que todo va a salir bien. Porque ¿quién entra a una relación pensando que todo va a salir mal? Entras confiando plenamente en el otro. Pero como nada es perfecto, y ningún artista tiene métodos completamente impecables, es obvio que el lienzo vaya teniendo errores, mientras vas creando tu obra de arte. Estos errores, por más pequeños que sean, te generan ansiedad. Digamos que, la persona con la que estás saliendo, un día no te contesta rápido a los mensajes. La gente “normal” sigue con su vida como si no pasara nada. Pero la gente con ansiedad tiene todo tipo de pensamientos: piensan que es por algo malo, tal vez se aburrió de mí, maybe no le gusto tanto. Y no digo que está bien, ni que haya que normalizarlo. Les cuento qué es lo que pasa por nuestras cabezas.

Creo que dentro del mundo en el que vivimos es muy probable que todos hayamos sentido ansiedad en algún momento. Lo cual es muy diferente a ser diagnosticado con ansiedad. Pero a lo largo de nuestras vidas nos encontramos con personas, que han sufrido o sufren de ansiedad, y por ende se comportan de ciertas maneras como mecanismos para lidiar con la misma (no demorarse en contestar, comentar todo lo que hacen, etc.). Cuando tú sufres de ansiedad también, estos comportamientos sirven, de cierta forma para calmar tu propio miedo. Pero ¿qué pasa cuando te encuentras con personas que NO tienen el mismo comportamiento? Estos comportamientos NORMALES, que se salen de nuestras costumbres, nos generan un rush ansioso. Y esto va más allá de pensar que somos “tóxicos” o dependientes. Cuando tú sabes que sufres de ansiedad, identificas el problema, lo racionalizas y luego puedes calmarte a ti mismo. Pero el rush, el mal sabor de boca, ya lo sentiste. Eso es incontrolable, ya te queda ese mal sentir de hace un rato. Sí, es posible reconocer nuestros síntomas ansiosos, como ya lo dije, con mucho trabajo interno. Me pasa que siento el hincón, lo pienso varias veces, doy posibles explicaciones a lo que está pasando y termino diciéndome a mi misma que, seguramente, no es eso malo que estoy pensando. Ya me he equivocado antes.

Y no fue hasta que estuve en mis 30s que me di cuenta cuántas decisiones he tomado presa de la ansiedad, y cuáles son los triggers más comunes para mí. Justo en estos días tuve algunos acontecimientos que dispararon mi ansiedad a mil y recordé un post de Instagram que describía un poco, qué síntomas o actitudes, menos obvias, son causadas por este padecimiento: https://www.instagram.com/p/CKZ9BIRsp22/?igshid=1uj7k84l665lb Me gusta tener todo bajo control: CHECK. Cuando expresa sus sentimientos desborda en llanto o ira: CHECK. En apariencia está tranquilo pero en su mente va a mil por hora: CHECK. Se guarda los enojos, no los expresa, los acumula: CHECK. Tiende a los excesos como ver TV, comer, comprar, SEXO: OBVIAMENTE QUE CHECK. Incapacidad de poner límites por un miedo a ser abandonado o mal visto: TODA MI PUTA VIDA CHECK. La gente tiene la idea de que ansiedad son solo ataques de pánico que no te permiten moverte; hiperventilar, no poder respirar, por eso piensan que, cuando no tienen esos síntomas obvios, es porque simplemente tienen mal carácter. EN mi caso, ansiedad means fumar como turca, comer como cerdita, preocuparme excesivamente por cosas que no sabes que van a pasar, no poder concentrarme en mis tareas. Seguramente para cada uno de ustedes se ve diferente.

Y uno de los downsides más heavys, de sufrir ansiedad, dentro de las relaciones amorosas, es que, cuando sabes que sufres de esto y has trabajado en ello durante algún tiempo, tratas de evitar a toda costa la dependencia, ya sea afectiva, económica, etc. Pero eso también, de cierta manera, impide los apegos. Y los apegos de forma sana, no están mal. Pero, a veces, se pierde de vista ese límite entre “me siento bien contigo y he formado un apego emocional a ti” y “soy completamente dependiente de ti y no puedo vivir sin ti”. Durante más de dos años se me ha hecho muy fácil descartar relaciones y personas, cuando me generan algún tipo de ansiedad. Por un lado ha sido muy liberador, saber que puedo valerme por mí misma para ser feliz. Pero también se siente muy solitario, por otro lado. En este punto, no sólo hablo de relaciones de pareja, sino también de amistades. Definitivamente es más fácil lidiar con la soledad que con la ansiedad. Pero ¿Pueden darse cuenta de todo lo que me estoy perdiendo?

Ahora, ¿Qué haces cuando estás en una relación que te genera cierto tipo de ansiedad? Primero que nada debemos tener claro que la ansiedad es nuestra. No es que la otra persona hace cosas para hacernos sentir mal. No es que no son empáticos. No es que no nos quieren. Simplemente son otra persona. Otra persona con diferentes comportamientos y diferentes costumbres. Muchas veces con otros traumas y otros issues. Suena trillado pero cada persona es un mundo. Lo que sí podemos hacer es comunicarles cómo nos sentimos dentro del rango de lo LÓGICO. Porque si me dices que, lo que te causa ansiedad es que tu novio le de like a fotos de tipas en Instagram, tu problema es más la inseguridad, mije, ve a terapia urgente. Si la persona con la que estás, toma en cuenta tus sentimientos, no la dejes. Si la otra persona te dice que estás loc@, NEXT! Les doy ejemplos muy claros de cosas que me generan ansiedad a mí, dentro de una relación: que me digan que vamos a salir y no me den una hora exacta, que digan que llegan a una hora y llegan una hora tarde sin avisar, que me dejen colgada sin explicarme por qué, por decir algunas. Porque como escribí antes, siento la necesidad de tener controlado, por lo menos, todo lo que tenga que ver con mi rutina. Y, sí, se me hace muy difícil incluir a alguien a la misma. Es otro tema importante que hace que mis relaciones fracasen. Tema que sigo tratando en terapia poco a poco. Y aquí les voy a contar una pequeña anécdota de cómo NO debería comportarse tu pareja…

Hace algunos años estaba saliendo con un chico. Nos llevábamos super bien al principio. Luego de un tiempo, el lienzo, como todo, comenzó a tener errores. Al principio fui aceptando los errores, hasta que mancharon por completo mi obra. ¿Qué pasaba? Siempre llegaba tarde sin avisarme que lo iba a hacer. No tomaba en cuenta mis sentimientos cuando le decía qué me generaba ansiedad, etc. Yo nunca le pedí que cambie su manera de ser, pero sí le indiqué de la manera más “comedida” qué era lo que me generaba ansiedad. La última pelea que tuvimos: ya estábamos en la etapa irremediable en que iba a haber un final, solo no sabíamos cuándo. Durante una semana me dejó a un lado porque estaba ocupado. Mmmmmm ok. Ya comida un poco de mierda yo, pero bueno entiendo que no todo el mundo tiene los horarios tan permisivos como los míos. Un viernes dejó de contestarme, no le llegaban los mensajes. Obviamente yo comencé a asumir lo peor. Pensé desde que me estaba poniendo los cachos, hasta que le había pasado un accidente. Intenté racionalizar el asunto. Y cansada ya, luego de varias horas sin saber de él, me fui a dormir. Una cosa es que conscientemente te calmes a ti mismo. Otra muy diferente es lo que hace tu subconsciente contigo. Me dormí pero tuve pesadillas. Me levantaba con ansiedad a cada rato. Ya casi a la media noche recibí un mensaje: Ya estoy en mi casa, me quedé sin batería, *sabía que te ibas a poner así*. En ese momento sólo respondí OK. Y seguí durmiendo. Pero me hirvió la sangre. Ok, te quedaste sin batería y no tenías cargador. ¿Era mucho pedir un mensaje, que no te demora ni un minuto, diciendo que te ibas a quedar sin batería? Digo… Y por último, no fue tanto la desconsideración, sino el total irrespeto a mis sentimientos y mi ansiedad. Yo ya había hablado con él varias veces diciéndole cómo era mi ansiedad y aún así le valió. Aquí va el meme: si ya sabes cómo soy ¿para qué me traes?... Si ya sabías que me iba a poner así, ¿por qué no hiciste nada para evitarlo? Para evitar que yo pase preocupada toda la tarde, para evitar que me duerma con ese mal sabor de boca. Solo era necesario un mensaje: Amor, me voy a quedar sin batería y no tengo cargador. Fin. Me decepcionó totalmente en ese momento. Y, tal vez esté exagerando, sé también que él no es yo, es otro, pero si ya sabes lo que le afecta a la otra persona ¿por qué lo sigues haciendo? Entiendo que no quieras cambiar cuando la otra persona te quiere controlar en las salidas, en las amistades, en los chats, en los likes de rrss., pero cuando es un simple mensaje de aviso, ¿qué te cuesta?

Pero bueno, ya para concluir. Si sienten que la ansiedad les está jodiendo la vida, no tengan miedo a pedir ayuda. Yo, personalmente, me comprometo a pasarles el contacto de Susana a quien me escriba sobre este tema, si están en GYE. Es maravillosa y la consulta no es cara. Y si están en UIO, también tengo un contacto maravilloso. Esto no es un spot publicitario, simplemente quiero que sepan que no están solos. Siempre habrá alguien que los pueda y quiera escuchar. No tengan miedo a contarle a su pareja cómo se sienten. Si esa persona los quiere bien, los ayudará. Si no, mejor decir “se llamaba”.

miércoles, 27 de enero de 2021

FIRST TIME SEX

De pronto me vi, a mí misma, dentro de la película “The Sweetest Thing”. Cachan esa con Cameron Diaz, Christina Applegate y Selma Blair, en donde retratan la vida de tres solteras en San Francisco. Se inventan un roadtrip para ir a otro pueblo para conseguir encontrarse “casualmente” con un tipo que habían conocido en una discoteca. Es una de mis comedias románticas favoritas. Me caga de risa every time. Pero no estoy en la parte chistosa, sino en la seria, al final. Ese momento en que Courtney está saliendo con un médico y las amigas le preguntan ¿Qué tal es en la cama? Y ella responde que no lo sabe aún, no lo han hecho, porque está intentando hacer las cosas bien.

Este tema del sexo en la primera cita, es algo que me ha rondado la cabeza durante toda mi vida. Y es, más que nada, porque la sociedad nos ha impuesto ciertos “estándares de calidad”. Escuchamos a las mamás, a las amigas, a las abuelas. “No te acuestes tan pronto porque va a pensar que eres fácil”. “Si quieres una relación seria, no te acuestes de entrada”. Débora siempre me lo dice y, aunque ella es muy sabia (y un poquito bruja), yo me he llegado a preguntar si esto ¿Es simplemente un prejuicio o tiene algún beneficio a nivel psicológico?

Decidí buscar en varias fuentes cotidianas. Primero lancé la pregunta a twitter y recibí muchas respuestas. Mucha gente me habló de prejuicio, pocos hablaron de conocer bien a la pareja. Uno me habló de los “riesgos” que puedes correr en una relación sexual (sí, como si fuéramos adolescentes que no sabemos nada de sexualidad). Y tengo varias reflexiones sobre este tema.

Primero hablemos del tiempo. Muchas veces he hablado de esta estupidez del tiempo. El tiempo es eso que pasa mientras nos metemos ideas pendejas en la cabeza que no nos dejan vivir plenamente nuestras vidas. Fue una grata sorpresa darme cuenta que muchas personas hablaron del tiempo como algo relativo. Porque lo es. Existen parejas que llevan años de casados y no terminan de conocerse bien. Así mismo, parejas que, en una semana de conocerse, ya sabían que eran el uno para el otro. Y es que el tiempo es NADA, en comparación a la madurez de cada persona, de esto hablaré más adelante.

Luego tenemos el tema de el “significado” de tener sexo. Yo sé que a la gente le encanta romantizar ABSOLUTAMENTE TODO, pensar que cuando tienes sexo “te estás entregando en cuerpo y alma”. Pero ¡Vamos! Que no estamos en una película de Disney. Sí, a mí, me parece que el sexo con alguien que amas es una huevada maravillosa, muy por encima del sexo casual, pero eso no quiere decir que sea realmente que estás dejando una parte de ti (como piensan muchos). Soy respetuosa de sus creencias, pero este tema de sobre dimensionar al sexo como algo reservado “para el amor de tu vida”, creo que se quedó en el siglo pasado.

Después me hablaron de la química. PUTAMADRE, la química. Pues sí. ¿De qué te sirve tener muchas cosas en común con alguien, compartir sus gustos, credos, aficiones? Si luego luego no tienen química sexual. ¿De verdad podrían pasar años con una persona con la que no tienen buen sexo? Y sé lo que van a decir: “Pero es que el sexo se va a prendiendo de la pareja”. Pues sí, pero la química no se puede fingir, ni se puede aprender. Ese click instantáneo, que te hace la vayeiyei, al momento de besar por primera vez a alguien, no lo puedes fabricar a conveniencia. Pero ya hablaré más de mi experiencia.

Ahora, a lo que vinimos. Como les contaba en el post anterior, estoy saliendo con alguien, con el cual hemos decidido “hacer las cosas bien” por primera vez en mi vida. Alguien me contestó que esto de esperar te sirve para ver qué tipo de persona es con quien estás saliendo. Si lo acepta sin problemas, seguramente no es un machín cualquiera. Si no lo acepta o te presiona, corre por tu vida. Y sí que tenía razón. Me puse a pensar en todas las veces que intenté hacer las cosas bien, en donde, luego, había cedido a la presión del onvre de turno. Creo que no es necesario contar cómo terminaron esas historias (en los hilos de momentos incómodos con los hombres). Así que por ese lado ha sido un éxito este señor.

Con tantas respuestas en la cabeza, obviamente puedo entender que, esto, se trata más de un prejuicio impuesto, aunque sí tiene sus beneficios que les contaré al final. Así que acudí a una de mis mejores amigas, excelente profesional en psicología, la doctora María José Ron (con quien hacemos el podcast “Terapia que no es terapia”, lo pueden escuchar en Spotify, itunes, etc *fin del espacio publicitario*) para preguntarle si todo esto de esperar tenía alguna ventaja en el plano psicológico. Y ¿Qué creen? Pues que nooooo. Jajajajaja Coincidió en que realmente no importa tanto el tiempo sino la madurez de cada persona. Y la cito “Si no eres maduro y eres un Peter Pan, puedes ser un dios en la cama o esperar 10 años, que igual no va a funcionar. Pero si te trabajas y maduras, las probabilidades aumentan”. En mi caso, llegar a este punto de mi vida, me ha costado mucha plata y esfuerzo (porque la terapia no es barata). Y, gracias a mi Señor Jebus, me he encontrado con alguien que también ha hecho su parte para mejorar y madurar, como la gente adulta que se supone que todos debemos ser. Así que, por ese lado, hubiera dado igual si lo hacíamos de entrada o no.

Peeeeeeeero, todo es relativo en esta puta vida, entonces ¿por qué tomé esta decisión? Muy a parte de que Débora me haya dicho que no sea zorra (no fueron sus palabras, pero yo sé que eso fue lo que quiso decir), después de saber la historia de este hombre maravilloso, sí sentí la necesidad de conocernos bien antes de. Y no por mí, sino más bien por él. Él estuvo on board para una relación, con todas las de ley, desde el principio. No sé cómo lo hizo, ni quiero saber, pero encontró la manera de acercarse, SIN SER ESTÚPIDAMENTE INSISTENTE COMO ALGUNOS MAMARRACHOS QUE ME ESCRIBEN POR REDES SOCIALES HPTAS ME TIENEN HARTA, y se mostró abierto, en todo sentido, desde el primer momento en que empezamos a hablar. Puso las cartas sobre la mesa, contó sus fallas del pasado, sus inseguridades, sus miedos, absolutamente todo. Y yo sentí que, la mejor manera de agradecer toda la sinceridad y CLARIDAD, más que nada, era intentar crear un vínculo en que LOS DOS nos sintamos bien el uno con el otro.

Ahora ¿la química? Esperamos 20 días (yo anoto absolutamente todo en el calendario) para nuestro primer beso. Y, a pesar, de que fue algo extraño, y no lo digo de mala manera, la química estuvo ahí. Cosa que no me había pasado en algunos mejores primeros besos últimamente (y obviamente mentí en ese momento porque las mujeres también, a veces, solo queremos llevarlos a la cama). Y si digo que fue extraño, por lo menos para mí, es porque estaba extremadamente nerviosa. No sabía qué hacer, no sabía qué decir. Estaba tan nerviosa que me dio un ataque de risa. Pero aún así, el vínculo que ya hemos formado, permitió que fuera un primer beso memorable. Alguien me comentó esto en twitter, los nervios, ese no saber qué va a pasar, la anticipación, de verdad han sido deliciosos. Ir derrumbando esas barreras poco a poco, también. Así que ha sido un pequeño placer personal el disfrutar de cada uno de estos momentos. Muy independientemente de prejuicios y huevadas y medias.

En este momento, si fuera hombre, ya tendría las bolas azules. Sólo queda esperar que se de el momento oportuno. No digo perfecto, porque nunca nada es perfecto. Y como el tiempo es relativo, creo que hemos formado algo bonito en casi un mes de salir. Muchos creerán que es poco pero, como lo dije al principio, el tiempo es verga!

Al final del día lo que importa es cómo nos sentimos cómodos. La gente siempre va a hablar huevadas. Eso es tan certero como que nos vamos a morir. Si quieres esperar, espera. Si quieres hacerlo de entrada, hazlo. Porque si esperas: “aish que se está haciendo de rogar”. Si lo haces de entrada: “aish que puta”.

Es imposible que la sociedad entienda que debe dejar de juzgar, así que a nosotros nos debe dejar de importar.

sábado, 23 de enero de 2021

El temido TE AMO

 

Me propuse, como una de mis metas del 2021, escribir más. Así que este es mi primer intento de hablar de un tema que me viene jodiendo la cabeza hace un par de años. No sé ¿En qué momento de la historia de la humanidad, algún sabio o psicólogo dijo: nadie puede sentir amor en determinado periodo de tiempo? ¿Alguien lo sabe? O sea es como si alguien, en algún punto de la historia, se haya decretado la policía de los sentimientos, y aseveró “nadie puede decir TE AMO en dos semanas de conocerse.”

Para los que siempre están pendientes de lo que escribo (más por el chisme que por cualquier otra cosa) debo comentarles que, el caballero de mi anterior post, ya no está en mi vida. Y ¿qué creen? Pues que no fui yo la que se aburrió o hizo huevadas. Así que, por esta vez, estoy salvada de haber dicho que encontré el amor de una buena vez. Pero, coincidentemente, eso es lo que me lleva a este post… ¿Cómo hablamos cupido? ¿Lo amaba o no lo amaba? En ese momento, definitivamente, se sentía así. ¿Quién podría definir, con certeza, qué era lo que yo sentía?

Últimamente he estado viendo “This is us” y hay algo que dice Rebeca en la segunda temporada. Intentaré parafrasear el asunto porque no tengo memoria fotográfica: “Nunca dejaré de amar a mi esposo (fallecido), pero lo que tengo ahora con Miguel me hace feliz. Es un amor un poco más viejo, más tranquilo, pero estoy feliz”. Siempre pensé que encontrar el amor en la vejez, después de una pérdida, debe ser el regalo más grande del mundo. Y como soy super dramática, me parece que he llegado a la vejez, a mis 34 años, arrastrando un matrimonio fallido, típico de una millenial (jeje). Ok, yo sé que no estoy vieja, but it feels that way. ¿Por qué les comento esto? Creo que tiene que ver con lo que decía en el post anterior, los 30s no me quitaron la capacidad de emocionarme por alguien y volver a sentirme como adolescente. Seguro creerán que hay algo raro en mí. PUES NO MIS CIELAS! La verdad he tratado este tema con Susana (mi terapeuta) y dice que TODO OK.

Y ahí es que me entra la duda. Porque definitivamente, a ratos, siento que amo a alguien. Luego, cuando terminamos, me doy cuenta que, tal vez, no era amor. Pero ¿Qué era? Seguramente idealizo a mis parejas; tal vez soy muy confiada y no le hago caso a los red flags que me manda el instinto. Tal vez soy muy… ¿Tonta? Todo puede ser. Lo que sé es que, en el momento que me nace decir TE AMO, lo siento. Y el problema, creo yo, es que le tememos tanto a esa frase. Le ponemos infinitas cargas encima. Creemos que decirlo significa algo irrompible, interminable. Por eso nos cuidamos tanto de decirlo, porque no queremos “gastarnos”.

Y hago énfasis en “gastarnos” porque el amor no se gasta. No es que, si hoy le dices a alguien que lo amas (y eso no funciona), mañana ya no vas a tener más amor para otro. La sociedad entera se ha vuelto una snob del amor diciéndonos cuándo debemos sentir, cuándo debemos ocultar, cuándo debemos NO SER NOSOTROS MISMOS. Y, justamente, hace un par de días vi un video de Diego Dreyfus que decía algo así como “sé más tú… va haber gente a la que le caigas mal, habrá gente que te pruebe y no le gustes. Pero habrá alguien que se atreva a adquirir ese gusto. Y también habrá el que te pruebe y a la primera diga DE AQUÍ SOY”. Me pareció lo más acertado que he escuchado en algún tiempo.

En discusiones con mis padres, en donde me dicen cómo creen que debo ser (menos intensa, menos apasionada, menos acelerada), por fin he podido decir que, en este momento, me amo a mi misma exactamente como soy. Me ha tomado años llegar a este punto de aceptarme tal cual. A mis 34 años no voy a cambiar mi manera de ser porque ellos creen que a la sociedad no le va a gustar lo que ve. A estas alturas de mi vida, realmente, me vale trozos. Seré como me hace feliz ser. Y a mi me hace feliz ser así. Y LLEGO AL MISMO PUNTO DEL PRINCIPIO…

En este momento estoy tratando de llevar una relación “SANA”, en mayúsculas, porque es la primera vez que estoy siguiendo las reglas aceptadas por los snobs del amor. Y siento que me guardo cosas que, no sé si para la otra persona, pueden ser importantes. A veces lo escucho, o leo sus mensajes, y me digo para mi misma, y mis adentros “puta madre este hpta no puede ser real, lo amo”. Y mi cerebro se contradice a sí mismo. Porque le mete prejuicio… “No lo puedes amar tan pronto, es imposible, no es socialmente aceptado que demuestres eso…”. Y por allá la tripa le grita: “OYE CRV?! PERO NO ESTÁS VIENDO LO QUE ES EL MAN? CÓMO LE VAS A DECIR QUE NO SE PUEDE?”

Y ¿saben qué? He llegado a la conclusión de que es muy cierto el dicho de que “cada uno da lo que tiene dentro”. No me arrepiento de haberle dicho TE AMO a personas importantes (y a uno que otro mamarracho) durante toda mi vida, aunque alguna vez me hayan decepcionado, aunque no haya funcionado, aunque ya no estén conmigo. Porque AMOR es lo que yo tengo dentro. AMOR es lo que yo soy. Y me encanta.

Yo séeeee qué dirán. “Esta man está loca, le encanta la verga, no puede estar sola, bla bla bla”. I know you, stupid bitches. La sociedad es número uno en prejuicio y último lugar en empatía. Así que si vamos a estar esperando que todo el mundo esté de acuerdo sobre nuestras decisiones, nos vamos a morir y no vamos a haber disfrutado absolutamente nada. Ya es una nueva década, que les importe lo que diga el pueblo está out of fashion, bebés…

 

Si igual nos vamos a morir… ¿No quieres vivir tu vida como tú quieres vivirla, en vez de estar preocupad@ por lo que pueda pensar la gente de ti?

 Como bonus les dejo esta canción que tiene TODO que ver con este post: