martes, 30 de marzo de 2021

FUR ELOISE

Hoy me levanté del mejor ánimo. Desde febrero me cambiaron los medicamentos y, realmente, me siento otra persona. He bajado de peso, me siento guapísima, tengo millón ánimo, siempre estoy de buen humor (most of the time, we're on a pandemic), tengo energías, hago ejercicio. Y, hoy particularmente, me sentí en la cima del mundo. Amo mi trabajo, estoy en paz con mi familia, tengo un novio maravilloso, mis hijos (aunque están en la adolescencia) son una belleza (*la mayor parte del tiempo). En fin, estaba feliz.

Pero mi vida no siempre fue así. Este cambio lleva años gestándose y su cumbre fue el cambio de medicamentos. Requirió mucha constancia Y MUCHA TERAPIA. Porque, aunque siempre he sido muy abierta sobre el tema, no sé si ustedes saben que soy Bipolar tipo II, diagnosticada desde los 21. Agradecí a los Dioses, al universo y a todas las fuerzas habidas y por haber, por este día maravilloso. Y agradecí también por haber encontrado a Susana, mi psicóloga. Sin ella, esto no sería posible.

Obviamente, la vida es malvada y todo mi buen humor tendría su fin al medio día. Llegó mi mamá con la horrenda noticia de que Eloísa se había suicidado. Eloísa era hija de una de sus mejores amigas del colegio. La conocí, nos seguíamos en todas las redes. Nunca fuimos amigas, pero nos unía un rasgo muy importante: ella también era bipolar.

Y este será un post de homenaje, pero también un post de concientización. Pero está lleno de rabia y tristeza. Probablemente los insulte un poco y escriba malas palabras. Así que, espero no lo tomen personal. Este es un rant de desahogo sobre los trastornos mentales.

Imagínense un dolor de cabeza terrible, una migraña de esas que les imposibilitan de hacer cualquier cosa. Un dolor en las bolas constante. Imaginen vivir con ese dolor, todos los días de su vida. Sin poder hacer nada. Los medicamentos no solucionan nada. Les sigue doliendo, no importa lo que hagan. No es como un cáncer, en el cual tienen 2 opciones: curarse mediante tratamiento o morir y ser libres del dolor. Este es un dolor con el que vivirán el resto de su vida. Y lo peor: lo saben.

Ahora traten de imaginar (digo traten porque a algunos se les hará imposible) ese dolor terrible en la mente. No en el cerebro, no en la cabeza… En la mente. En sus pensamientos, en su raciocinio. ¿Pudieron?

Yo sí lo imagino, porque lo he vivido. Y no puedo dejar de pensar en cuántas veces fui Eloísa. Cuantas veces se pasó por mi cabeza la imagen de lanzarme por la ventana de mi cuarto y ser, así, libre de dolor, de angustia, de ansiedad. Cuantas veces pensé en tomarme el frasco entero de quetiapina y dormir para siempre. Sólo una vez lo hice. Como resultado de eso terminé en el Teodoro Maldonado intentando internarme voluntariamente. Obviamente no lo logré (ingresarme) PORQUE VIVIMOS EN ESTE PUTO PAÍS DONDE LA BUROCRACIA NO NOS GARANTIZA NI LOS MÍNIMOS ESTÁNDARES DE SALUD PÚBLICA.

Pasé de psiquiatra en psiquiatra, de psicólogo en psicólogo. Y soy fiel creyente de que Dios (o el universo) tiene caminos misteriosos. Estoy segura que, si yo no hubiera quedado embarazada, si no me hubiera casado y tenido mi segundo hijo, en este momento, no estaría escribiendo esto. En este momento, o mucho tiempo antes, hubiera sido mi mamá en camino a recoger mi cuerpo de la morgue. Porque lo único que me ha impedido "dar ese paso" ha sido pensar en que no puedo dejarlos solos.

Y todo esto me da, a parte de mucha tristeza, asco. Asco de la sociedad que estigmatiza los trastornos mentales impidiéndonos hablar abiertamente de esto. Que nos hace ocultar que estamos mal. Que no nos deja contar que no nos hemos bañado en días, que no nos hemos levantado de la cama, que no tenemos ánimos, ni tenemos ganas de seguir viviendo. Decir “me quiero suicidar” se ha vuelto un chiste. ¿Se han preguntado por qué (los que me siguen), cuando estoy frustrada digo: me quiero cortar una teta? Porque conozco de cerca lo que es el suicidio y querer llevarlo a cabo. No puedo ser irrespetuosa con lo serio que este asunto. No puedo y nunca voy a decir "me quiero suicidar".

Así mismo muchos han banalizado el concepto de “bipolar” diciéndolo de manera despectiva y como burla a personas que no son decididas, o que se molestan muy rápido. No saben lo harta que estoy de estas huevadas. Porque mientras ustedes dicen que su novi@ es bipolar, las personas que padecen de esto, y muchos otros trastornos, están pasando por un dolor inimaginable. No se puede ser tan carevergamente ignorante, en serio. Me dan asco.

Estoy más que nada cabreada por dos cosas. Primero porque no podría ser más enfática SIEMPRE en recordarles QUE VAYAN A TERAPIA HPTAS, no saben si esa tristeza, esa ansiedad, esos ataques de ira, son síntomas de algo más complejo. Háganme caso que esto no es una broma. Sáquense el chip de que la psicología es una tontería. Sáquense la huevada de decir: “en nuestros tiempos el único psicólogo era el palo y yo estoy bien”. ¡NO ESTÁS BIEN RAÚL! Nunca me cansaré de recalcarles que la terapia los puede salvar.

Y segundo, estoy cabreada, más bien arrecha, de este país de mierda. De este sistema de salud de verga que tenemos. Desconozco si Eloísa ha estado siguiendo su tratamiento. Lo que sí sé es que se hacía atender mediante el IESS. Y sé lo que es ese nido de burocracia y ratas. Para que te den una consulta con un psicólogo pueden pasar meses. La vez que fui al Teodoro tuve que armar un escándalo porque no entendían la gravedad del asunto: QUE ME HABÍA QUERIDO SUICIDAR y necesitaba atención inmediata. Claro, como no me vieron sangrando o con las tripas por fuera, pensaron que estaba “normal”. Lo peor es que estamos atascados con este sistema de verga porque un psiquiatra o psicólogo privado, MEDIANAMENTE BUENO, no te cobra menos de 50$ la consulta. Y las consultas deben ser semanales si quieres hacer algún progreso. Las enfermedades mentales, en este país, son para gente rica. No me lo invento. No es clasismo, no es discriminación. Es la puta realidad. Si no tienes plata estás condenado a lidiar con un doctor que te ve cada 3 meses y lo único que hace es preguntar “¿estás bien?”. Y ni hablar del costo de las medicinas psiquiátricas.

Por eso agradezco por Susana porque, a parte de ser buenísima (y medio hippie), cobra barato. No sé qué hubiera sido de mí, luego de esta pandemia, sin ella. No sé qué habría sido de mí, hace dos años, sin ella.

¿Qué hubiera sido de mi si mis padres no hubieran tenido para pagar mi tratamiento?

Voy a terminar este post recordando la vez que fuimos en un mother daughter date, a ver “Me before you”. Luego de la película fuimos a comer algo y Eloísa, de la nada, me dijo: “pero hay un lugar donde todo este sufrimiento que sentimos ya no va a estar. Ya no vamos a sufrir más…” Yo me quedé con cara de meme, sin saber cómo responder. “Es el reino de los cielos, junto a nuestro creador”. En ese momento me pareció algo super nada que ver, porque yo casi soy agnóstica. Digo “casi” porque sí creo en Dios, pero esos conceptos religiosos me dan cringe. En este momento, espero realmente, que ella esté libre de sufrimiento. Que esté donde tenga estar, pero sin ese dolor de mente que la aquejaba tanto. Que esté tranquila, descansando.

Yo estoy bien, ahora, en esta etapa de mi vida. Pero este nudo en la garganta, este dolor en el corazón, en el alma, y esta rabia, no se me van a pasar tan fácil.

Cuídense por la gran puta. Ya no sé cómo hablarles para que entiendan…


Hasta siempre Eloísa 

martes, 16 de marzo de 2021

AMOR LIBRE

En algún post les hablé del concepto de la monogamia. No quise ahondar en el tema, en ese momento, porque estaba relacionado, pero era algo muy extenso y muy a parte del tema central. Hoy sí vamos a meternos al meollo del asunto. Como les encanta el relajillo y la polémica, vamos a hablar de este constructo social llamado: monogamia.

Científicamente, el ser humano, no está hecho para ser monógamo. Esta idea de la pareja “para el resto de la vida” es una regla que nos metieron siglos atrás en la sociedad, cuando predominaba la religión católica y el temor a Dios. Espero que nadie se ofenda con este post y aquí voy a hacer un disclaimer. Yo soy católica, no practicante. Siempre he dicho que creo en Dios, pero no en la Iglesia. Creo en este concepto de un Dios lleno de amor, que no castiga y que lo puede todo. Creo en amar a tu prójimo como a ti mismo. Creo en todos estos conceptos que, sí te hacen mejor persona. Pero no creo que, la monogamia, sea uno de esos conceptos. 

Tener una sola pareja durante toda tu vida es algo que nos impusieron como regla social. Pero, ¿se han puesto a pensar qué pasa si nunca encuentran a esa pareja con quien quieren pasar toda su vida? Una vida solo, también es válido. Pero TAMBIÉN es mal visto a los ojos de la sociedad. Es por esto que yo, personalmente, pienso que la monogamia es una ELECCIÓN, NO una regla. Don't get me wrong, no digo que la monogamia está mal. Yo soy monógama, más que por convicción, por pereza, porque no podría tener múltiples parejas al mismo tiempo. A lo que voy es que, si eliges la vida de la monogamia, eso no te hace moralmente superior a nadie. Mucho menos te da derecho a juzgar a quien NO vive de la misma manera que tú. En pleno 2021, me parece que es una pobreza mental creer que existe una sola forma universal de amar.

Y es aquí que comienza a aparecer el concepto de “AMOR LIBRE” y donde, todo lo que hemos aprendido durante generaciones, nos juegan en contra. Seguro piensan que el amor libre es acostarte con uno y con otro, o tener una relación abierta (que viene siendo lo mismo). Y, en ciertos casos, es así. Pero este tema del amor en libertad no es más que un régimen de consentimiento en el que, las dos partes, firman un acuerdo hipotético que los beneficie a los dos. Un acuerdo que no puede funcionar sin comunicación, ni respeto. (No como esas parejas en el que solo uno está enterado de que están en una relación abierta, ¡puercos!).

Durante siglos nos han enseñado que nuestra pareja es nuestra y de nadie más. Nuestra propiedad. Nos debe respeto y lealtad solo a nosotros. Y así creamos una cárcel imaginaria en nuestras relaciones. No puedes hablar, no puedes salir, no puedes almorzar, con nadie que no sea yo. Nos olvidamos que, cada uno de nosotros, somos libres para vivir nuestras vidas como queramos, siempre y cuando no dañemos a otros.

Si escribo todo esto, es porque durante años, me he cuestionado este concepto de estar “atado” a una sola persona. He tenido relaciones donde se me ha prohibido cosas, donde se me ha dicho qué debo hacer, cómo debo hablar, qué debo escribir. Y nunca, hasta ahora, había estado en una relación donde me sintiera realmente libre de ser yo. Pero, como nunca nada es perfecto, hay detalles que siguen haciéndome cuestionar hasta dónde ha evolucionado mi pensamiento durante estos 34 años. A veces me sorprendo, pero a veces también, me decepciono. Esto de crecer es un aprendizaje constante y me doy cuenta que tengo, aún, ciertos prejuicios que no me permiten disfrutar realmente de un amor libre.

Y exactamente sobre eso se trata este pequeño post. Amor libre no es, solamente, tener múltiples parejas sexuales. Se trata de tener una relación en la que los involucrados se sientan totalmente seguros del otro, de poder ser exactamente como son. Que se sientan apoyados, queridos, amados y plenos, en todos los aspectos, sin importar factores externos a ellos. Y que se honren los términos que ellos mismos han elegido, sin miramientos al qué dirán. Ser y dejar ser.

Hace un par de años encontré un párrafo de Javier Salvago, que decía. “Amar a las personas, como se quiere a un gato: con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejando que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad…” ESO exactamente es el amor libre. Entender que una pareja no está pegado a ti 24/7. Que no te debe contestar todo el día. Que no es necesario que se cuenten absolutamente todo. Tenemos esta idea de que las relaciones perfectas son esas en donde se comparten hasta el cepillo de dientes, como Marshall y Lily en HIMYM. Idealizamos estos matrimonios en donde los esposos se aman hasta la eternidad, sin ninguna pelea. Y no podríamos estar más alejados de la realidad. TAMPOCO DIGO QUE ESTO ESTÁ MAL, pero debemos entender que esas son excepciones, NO reglas. Los matrimonios son difíciles, requieren trabajo duro, en equipo, levantarte todos los días convencido de que quieres seguir ahí. Hemos idealizado por completo el "felices para siempre" y por eso no entendemos al otro que ama de una forma diferente. Creemos que "está mal".

Estos conceptos aprendidos durante mi vida, me han hecho alejarme de muchas personas. De unas estuvo bien, porque me encerraron en cárceles donde no podía ser yo misma. De otras, me arrepiento, porque la que creó la cárcel, por inseguridad o miedo al qué dirán, fui yo. Y ahora que estoy “más grande” (mentalmente, no corporalmente), me doy cuenta algo que había estado ignorando. Una señal divina, que no había querido ver o, simplemente, no me había dado cuenta que, la vida/el universo/o Diosita, me estaban abofeteando una y otra vez para que me diera cuenta. Siempre he tenido una certeza, y es que a mi me falta paciencia. Y creo firmemente que, cuando tú le pides a Dios que te de paciencia, no es que te la manda mágicamente como Harry Potter, al batir una varita. No, Dios te manda situaciones en las que debes ser paciente, para que trabajes en esa virtud. También he sido muy prejuiciosa. Y gracias a esos prejuicios, me he alejado de ser feliz y conseguir mis metas.

No sé si son los años, la terapia o la medicación, que hacen que mis ideas cada vez se aclaren más. O son los videos de tik tok que te muestran cosas como: “cuando por fin estás en una relación sana, luego de haber estado solo con tóxicos” (los amo). Pero cada vez me voy dando más cuenta de cómo debe ser el amor. El verdadero. El que no jode, no encierra, no controla, no condiciona. El amor que simplemente te deja ser y fluye. A pesar de los obstáculos, los conceptos pre aprendidos, las cosas se van poniendo en el lugar donde deben estar. Poco a poco.

Y este, “poco a poco”, es lo que me ha jodido los ovarios, porque me ha tocado lidiar con mi obsesión de controlarlo todo, de que las cosas se hagan como yo quiero, cuando yo quiero. Esta ha sido la señal divina, esta ha sido la prueba que me ha mandado Diosita, para trabajar mis issues. Soy una control freak consagrada y, dejar ser, me cuesta un mundo. Poco a poco, es un marco temporal que, mi cerebro ansioso, no computa. Juzga al que no actúa como yo quiero que actúe (en cuanto a mi). Y, más que nada, se ofende y se entristece, si las cosas no son como yo quiero que sean. Pero así es la vida, ¿no? Definitivamente culpo a mis padres por criarme en una burbuja (paro not so paro). Aunque me alegra seguir “abriendo los ojos” poco a poco.

Amor en libertad, no es más que una complicidad, en la que dos personas acuerdan amarse, cuidarse y respetarse, bajo sus propias reglas. Aceptándose el uno al otro, con todo el bagaje que lleva cada uno. Sin control, sin exigencias, sin prejuicios. Acompañándose y apoyándose el uno al otro. Tomando en cuenta que, todos tenemos necesidades diferentes, personalidades diferentes y accediendo a que, no siempre, podremos cumplir con todas las expectativas del otro. Nadie puede…

sábado, 13 de marzo de 2021

LA GUÍA FEMINAZI PARA ACERCARSE A UNA MUJER

Estos son tiempos difíciles para los hombres ¿verdad? Ya no se puede decir un piropo a nadie, sin que piensen que es acoso… ¡Pobrecitos! *sarcasm* Ok, fuera de joda, sí son tiempos difíciles. Sobre todo para las mujeres, porque vivimos en un miedo constante de que nos pase algo. Sí, violencia de género siempre ha habido, pero ahora la vemos, más de cerca, por medios y redes sociales. La visibilización de la violencia contra las mujeres, se ha vuelto el pan de cada día. Y, hay que admitirlo, tenemos miedo, estamos siempre a la defensiva.

Yo sé que los hombres dirán “ay pero no son todos” ñiñiñiñi. Mijo, hasta que te conozco lo suficiente para darte el beneficio de la duda, ya me metiste 5 puñaladas. Sorry, pero no podemos confiarnos de NADIE. A las mujeres, a las niñas (y a los niños también), los violan y los agreden en sus propias casas, no solo en la calle. Y este miedo constante, nos ha llevado a repetirles incansablemente “NO QUIERO TU PIROPO” (mejor cómprame comida jajajaja paro). Es por esta razón que me han pedido que hable de cómo acercarse a una mujer de manera respetuosa, para que ella no se espante, crea que es acoso, o quiera correr por su vida.

Primero que nada quiero comenzar aclarando que las FEMINAZIS, no existen. Nadie quiere matar a todos los hombres, o a todos los niños nacidos varones. Las feministas no quieren un genocidio dirigido a la raza masculina. Lo que seguramente han escuchado es la frase “muerte al macho”, lo que hace referencia a la erradicación de la cultura machista. Ahora, mijo lindo (disculparán si los mijeo, pero es mi manera respetuosa de decirles “ve mmv”), si realmente crees que, en Latinoamérica no hay cultura machista y no existe un sistema patriarcal, mejor ni sigas leyendo, porque esto no es para ti. Mejor ve a terapia, o sigue por la vida valiendo verga. Ok? Ok… Seguimos.

Voy a recalcarles varios puntos que deben tomar en cuenta, si quieren acercarse a una mujer que les gusta. Y estos puntos, obviamente, serán desde mi perspectiva. Una mujer de 34 años, a la que le han visto las huevas muchas veces, que ha sufrido abuso de varias formas y que no ha podido caminar 2 cuadras por el centro, NUNCA, sin que le griten HUE VA DAS (Funny story: una vez mi papá casi se va de golpes con un viejo asqueroso porque me dijo huevadas en la calle y eso que yo estaba con una panza de embarazada de 6 meses). Si lo que quieren es el punto de vista de peladitas de -25, abran una guardería y conduzcan su propia investigación. Aquí ya pasamos la adolescencia, ya hicimos terapia, y ya sabemos exactamente lo que queremos en un hombre.

Primer punto en la agenda: si no la conoces, si no tienen amigos en común, si nunca antes se habían visto, si no tienes la menor idea de quién es, qué le gusta, cómo es su vida… Es simple, guárdate el puto piropo. No comiences una conversación con una frase que se puede tomar a mal, porque eso repele. Creo que, a estas alturas de la vida, no es necesario advertirles que, gritarle un piropo, por más respetuoso que sea, a una desconocida en la calle, es un NO ROTUNDO. No lo hagan nunca forfis, no queden como puercos. Entonces, si quieres acercarte a una chica que no conoces, que te parece atractiva, pregúntale algo trivial y observa bien su reacción. “Disculpa, ¿qué hora es?”, aunque es muy trillada, funciona. Las mujeres somos muy expresivas y si nos gusta la persona que se está dirigiendo a nosotras, responderemos de buena manera y, maybe, hasta con una sonrisa. Pero hay que ser pilas, porque muchas personas son amables por naturaleza, y se puede confundir, muy fácil, amabilidad con coqueteo. Aunque muchas veces el coqueteo es muy obvio. Después de ver su reacción, depende de tu creatividad. Cuéntale un dato random, “estoy esperando a mi tía bla bla bla”, si ella te responde siguiendo la conversación, ya estás del otro lado. Puedes preguntarle cosas, no TAN personales, para que no crea que eres Joe en “You”. Pero NO SEAS SALVAJE para preguntar. En vez de decir: “¿Cómo te llamas?”, dile. “¿Te puedo preguntar tu nombre?”. ¿Cuál es la diferencia? Que les estás pidiendo su CONSENTIMIENTO.

Consentimiento, qué hermosa palabra. Una que muchos hombres no entienden a cabalidad. Y aquí va un hard fact, de cuando NO está permitido acercarse o piropear, en ninguna circunstancia. Una mujer ebria, NO puede consentir. Una mujer drogada, NO puede consentir. Así que si te encuentras en una de esas situaciones, no importa si tú también estás borracho o drogado, NO TE ACERQUES Y PUNTO. Guárdate el pichirilo y deja de pensar como un primate.

Ahora, digamos que estás en un suirancofi cualquiera y, en otra mesa, está sentada una chica que te gusta. ¿Cómo te acercas? Pues a la antigüita. Te acercas despacio y DE FRENTE (nunca te acerques por detrás, no seas anormal), y desde una distancia prudencial le puedes decir lo siguiente: “Hola, soy Cosme Fulanito (tu nombre, no vayas a ser tan pendejo), ¿me dejarías invitarte algo?”. Si la man te responde que sí, hazlo y le preguntas si te puedes sentar con ella. Si está con amigas, o con más gente, no seas invasivo. Llévale lo que compraste y anota tu número en una servilleta con el mensaje: “por si algún día quieres conversar”. NADA MÁS. No seas intenso, LET IT BE. Si le gustaste, la man te va a escribir. Si no, ya let it go… No fue, ni será para ti. Si la man te dice que NO quiere que le invites nada, pues dices: “ok, no hay problema, disculpa la intromisión”. Y desapareces para siempre. Si quieren que las mujeres comencemos a creernos el discurso de “not all men”, pues deben comenzar a tener este tipo de conductas. Acciones en las que no nos sintamos atacadas por decir que no. En las que veamos que no estamos en peligro ante una negativa.

Por último hablaremos de las redes sociales. Este es un mundo en donde los piropos ingeniosos están permitidos. No vamos a hablar de Tinder, porque es obvio que es una app específica para acercarte a las chicas. Si haces match, escribes, listo. Para eso escribí la guía de Tinder para el hombre feo, así que vayan para allá: https://manuqb.blogspot.com/2020/02/la-guia-de-tinder-para-el-hombre-feo.html

Sí hablaremos de las otras redes sociales Instagram, Facebook, Twitter. Hasta en LinkedIn se me han acercado (lo cual NO está bien, porque esa app NO es para hacer amigos, no sean desubicados). Todo piropo y todo acercamiento se va a basar en el consentimiento. Si quieren acercarse a una chica linda, un “hola”, no es suficiente. ¿Saben cuántos “hola” tiene, esa chica linda, ignorados en sus mensajes directos? Tú no serás la excepción, sino le agregas algo más. Comenta sobre algo que haya escrito, posteado, compartido. Pregunta algo sobre sus publicaciones, demuestra que estás prestando atención a lo que dice/escribe, y que no eres otro baboso más que le está escribiendo “para ser amigos”. Ese cuento nos lo sabemos de memoria. Amigo el ratón del queso y se lo comió. Así que no vengan con la huevada de que “me gustaría ser su amigo”. Si la chica te responde, play it cool. Conversa, gana su confianza, y de ahí todo irá bien. Demuestra que eres un hombre digno de confiar y que no eres un psicópata.

Si la chica en cuestión no les responde, no insistan. No se hagan coger fastidio. No se hagan bloquear por las huevas. Nadie tiene la obligación de responderles. Así que, simplemente, NO ENVÍEN MÁS MENSAJES. Que bestia los odio por estas cosas. Si no contesté a la primera, CRÉANME, no voy a contestar a la quinta vez que me escriben. Aquí no sirve eso de “el que la sigue la consigue”.

Y algo extremadamente importante sobre las redes sociales. NO ENVÍEN FOTO PENES QUE NO HEMOS PEDIDO. Mucho menos cuando tienen esos penes tristes ahí, que lo que dan es pena. ¿No les da vergüenza mostrar sus miserias? A parte que las mujeres no somos, casi nunca, visuales. No nos va a excitar ver la foto de un pene, no sean imbéciles. Pero bueno, creo que esto lo hacen más los enfermos, con alguna patología psiquiátrica, pero debía mencionarlo. Just in case.

Dentro de este tema de las redes sociales, debo recalcar un punto super importante. Por el auge de ganar seguidores, muchas mujeres se muestran de manera muy sexual, explícita o implícitamente. Y está bien. Cada cual es libre de generar el contenido que quiera. Eso no quiere decir que puedes venir, de buenas a primeras, a hacerle comentarios sexuales. Puede que esa chica sea, en verdad, muy sexual. Que le encante el sexo (como a todos) y que lo verbalice sin tabúes. Eso no quiere decir que lo quiera hacer CONTIGO, o con CUALQUIERA que se le cruce. Aprendan que, cuando una mujer habla de sexo abiertamente, no quiere decir que, automáticamente, es promiscua o que anda buscando que cualquier hijo de vecino le meta la gabardina. No sean ridículos en creer que tienen chance, con una chica así, si la abordan de la manera incorrecta. Que una mujer hable de sexo, no da pie para que le falten el respeto. Ya no estamos en los años 50s, par favaaaarrrrr!

El último consejo que les puedo dar es que, no confundan seguridad con ego inflado. Nos gustan los hombres seguros de sí mismos, sin miedo. Detestamos a los hombres que se creen la gran huevada. Que creen que les debemos algo porque se nos acercaron. Porque NEWS FLASH: NO LES DEBEMOS ABSOLUTAMENTE NADA! Bájense de esa nube.

Espero que esta pequeña guía les sirva de algo. No me disculpo si los he ofendido de alguna manera. (Si se sienten ofendidos porque les toqué alguna fibra sensible, ustedes son el problema). I regret nothing!

 

 

*Este post va dedicado a Chris que, a pesar de ser muy tímido, se me acercó y consiguió que salga con él.

**Esta guía, obviamente, no está pensada con la pequeña circunstancia de que estamos en PANDEMIA, así que les toca arreglárselas para que les funcione con todas las medidas de distanciamiento y bioseguridad... Stay safe y usen SIEMPRE mascarilla!

miércoles, 3 de marzo de 2021

EL NOVIO SECRETO

Tengo 34 años y soy la consejera oficial de mis amigos. Tengo los mejores consejos, las mejores puteadas, los mejores instintos y las mejores salidas a situaciones complejas. Aún así, a mí, las relaciones se me hacen difíciles. Basta con pasearse por mis posts anteriores para darse cuenta que he creído estar enamorada más de una vez. Solo estoy segura de una.

Con el auge de las redes sociales, hemos construido vidas que están a la vista de todo el mundo. Y tenemos la creencia, buena o mala, de que si no se postean cosas sobre las relaciones, algo se está ocultando, algo está mal, las cosas no son tan buenas como deberían. 

Cada relación  que he tenido ha sido pública. Ya sea con mensajes, tuits, fotos. Todos han conocido a mis novios o parejas. Todos han sido partícipes de mis sentimientos. Y cuando hemos terminado, estoy completamente segura, que también han hablado o pensado huevadas de mí. Lógico dentro de la sociedad latinoamericana. ¡Qué vida tan aburrida sin ser la comidilla del barrio! Pero cuando llegas a esta edad, habiendo trabajado en tus mierdas durante tantos años, se hace más fácil hablar de estos temas y vivir tu vida como te sientes feliz.

Muchas veces comparto vídeos que hablan de lo difícil que es estar con una mujer como yo. Inteligente, independiente, intensa y apasionada en todo lo que hace. Y, aunque crean que es un mito, sí es verdad que a los hombres les intimida este tipo de mujer. Les molesta la mujer sin tabúes, les molesta la mujer libre, les molesta la mujer que no se deja dominar. Son pocos los hombres que aceptan este reto y no claudican cuando se dan cuenta que no pueden con ella. Pero este no es el tema de este post. Esta es la razón por la que, a pesar de haber tenido muchas relaciones, aún no he encontrado a la que me haga sentirme "en casa". La canción de Dido, "Life for rent" era mi himno.

O eso pensaba yo...

Por ahí he mencionado que estoy saliendo con alguien. Y, para darles contexto, debo describir un poquito a este señor que se ha ganado mi confianza en todos los aspectos. Y digo señor porque no quiero revelar nada que pueda llevar a saberse quién es (luego les contaré por qué). Primero que nada, deben saber que nos conocimos de la manera más random. Tinder. Dirán "conocerse por Tinder no es random". Pues lo es cuando, primero le das Like a alguien completamente opuesto a lo que te gusta normalmente y, segundo, cuando te quita el match de la noche a la mañana (eso fue lo que yo pensé). Y, como les digo, a pesar de ser totalmente diferente a lo que buscaba en un hombre, algo en su perfil me hizo darle Like. Tenía cara de buena gente. "Me hace falta conocer a alguien divertido", pensé. Y gracias a Dios, no me equivoqué. 

Por esas cosas del destino, nos encontramos en otra red social. Ni siquiera me acordaba quién era. Pero empezamos a conversar un poco hasta que decidimos conocernos. Lo que encontré fue exactamente todo lo contrario a lo que me encuentro siempre. El perfil del hombre macho, confiado, seductor, que abunda en Tinder, no era lo que tenía en frente. Y debo decir que me alegró muchísimo, porque ya estaba cansada de la misma mierda de siempre.

Desde ese momento estamos saliendo. Y todo, TODO, ha sido diferente. En este momento comienzo a explicarles el nombre del post. Como les dije, siempre he acostumbrado a compartir todo acerca de mis relaciones y esta vez, no. ¿Por qué? No me avergüenzo de él. No tiene otra relación.  No me importa la gente envidiosa. Me vale verga el qué dirán. 

Por primera vez en mi vida no lo necesito. Tenemos esta idea de documentar nuestra felicidad, lo cual está bien si es lo que te gusta. Pero esta es la primera vez en la que estoy con él y no pienso "quisiera tomar una foto de este momento". El simple hecho de estar viéndolo, abrazándolo, besándolo, es suficiente para sentirme feliz. Es la primera vez que no necesito validación de nadie más que de mí. 

Es la primera vez que no me da ansiedad preguntar ¿qué somos?. Yo sé qué somos y no necesito ponerle una etiqueta. El compromiso, la confianza y el cariño, está ahí sin necesidad de ponerle un nombre a la relación. Es por eso que decidí bautizarlo como "le noviè" para referirme a él, las pocas veces que hablo de él. Cuando teníamos menos tiempo saliendo me preguntó si quería definir la relación y yo dije que no, no era necesario. Cuando empezamos a salir, sí pregunté qué era lo que buscaba y me dijo que quería una relación, así que eso fue suficiente.

La última relación que tuve, antes de esta, se dio demasiado rápido. A los 2 días de vernos ya éramos novios. En menos de una semana tuvimos sexo. A la semana ya estaba conociendo a mis padres y mis hijos. Me sentía abrumada, pero el haber estado tanto tiempo en cuarentena te hace hacer Huevadasssss! Era obvio que eso iba a terminar mal. Y así fue.

Pero basta de llorar sobre la leche derramada. No voy a decir que esta vez sí va a funcionar. No voy a decir que ESTE sí es THE one. Lo que sí sé es que, esta vez, es todo diferente. A veces me quedo asombrada de lo diferente que es y cuánto me ha gustado el cambio. Tenemos horarios súper cruzados, cosa que normalmente me generaría mucha ansiedad, dado a la attention whore que soy, pero con él no me siento descuidada. Siento que mis ideas y mis sentimientos son validados. Si algo me molestó mi angustia es tomada en cuenta. Si no se puede hacer algo no me entra la rabia. Is this una relación sana? 

¿Estoy asustada? Sí, un poco. No sé qué va a pasar. Las cosas van bien y lo que más me gusta es que he roto patrones que me han acompañado durante 34 años. Y no es que todo es perfecto. Los horarios me hacen extrañarlo mucho, aún siento ansiedad cuando no me contesta tan rápido como yo contesto, pero estoy trabajando en eso. Y cada vez es menos. 

Por primera vez soy yo la que no necesita subir fotos para que todos vean que esa persona está conmigo. Mi círculo cercano sabe quién es y sabe lo que ha hecho conmigo y con eso me basta. ¿Será que estoy entrando a la vejez? O mejor dicho ¿He madurado? A pesar de las predicciones de Débora...(?)

La gente dirá que estoy tarada por confiar en alguien que no sube fotos conmigo a redes sociales. Hemos salido a lugares públicos, nos hemos besado frente a mucha gente, ¿para qué la foto? Las cosas se darán cuando tengan que darse. Por ahora la felicidad y, más que nada, la tranquilidad y paz que me da este señor, me ha dado una nueva fe en la raza masculina.

Típico de aquí a 6 meses me doy cuenta que estaba equivocada y vuelvo a quedar como payasa, ¿Quién sabe? Como siempre: esperando lo mejor, preparada para lo peor. Y que el señor Jebus me ampare.


Pero, ¿Sí ven que NO todos los hombres valen verga?