viernes, 20 de enero de 2017

De amores acostumbrados y otros cuentos de terror...

Después de tres años de estar ausente, se siente un poco raro volver a escribir. He leído varias de mis entradas anteriores y, aunque muchas están llenas de razón, me doy cuenta que soy una persona completamente cambiada. Ya son 30 años que pesan sobre mis hombros, pero lo que me motiva a escribir sigue siendo lo mismo. El amor. El jodido amor. Lo que nos mueve a todos. Eso que nos atormenta, nos asusta y, al mismo tiempo, nos da paz y alegría.

En este momento hay mucho que quiero decir sobre este tema. Tengo muchas ideas y voy a tratar de ir ordenándolas mientras escribo.

Comencemos con ¿qué pasa cuando el amor se vuelve costumbre? Yo sé que hay miles de artículos que te dicen cómo devolverle la chispa a tu matrimonio y a tu vida sexual. Personalmente, nunca me han servido. Principalmente porque siempre he creído que el verdadero amor nunca se vuelve costumbre. O por lo menos que se vuelva una costumbre no es algo malo. ¿Por qué? Porque la costumbre es algo con lo que puedes vivir fácilmente. Existen costumbres que te encantan y que te alegran. Lo malo es cuando el amor se vuelve tedioso y no sabes qué hacer con él. El amor puede convertirse en culpa, en rencor, en orgullo. Todos estos, sentimientos que no nos dejan vivir tranquilos.

Y entonces te encuentras en una relación con culpa. Que no terminas porque te da miedo estar sol@ a tus 30s; porque has creado una especie de  dependencia con esta persona; o porque simplemente te da pavor el cambio. Ok, lo entiendo. Me ha pasado. Pero al final eso lo único que hace es dos personas infelices que no saben cómo salir de ese hueco. Y, por cualquier lado en que trates de ver la situación, ESTÁ MAL! Porque, ¡Vamos! Nadie quiere ser infeliz. Estamos en este mundo para ser felices.

Yo no les voy a mentir, ni les voy a endulzar la oreja adornándoles la realidad. La vida duele. El amor duele. Los rompimientos, unos más que otros, duelen. Pero al final lo que deben preguntarse es: ¿quiero terminar ahora, que sé que me va a doler, o termino después, cuando puede que me duela menos, pero puede también que haga más daño? Lo explicaré desde otra perspectiva.

Cuando has caído en el tedio, lo más probable es que ya hayas pensado en terminar, pero eres muy cobarde para dar ese paso. Si estás fastidiado por la situación, lo más probable es que ya hayas dejado de querer. O eres tan ingenuo como para pensar que esas cosas que te generan fastidio ahora, algún día, dejarán de molestarte. Eso no va a pasar. Las cosas que te fastidian hoy, mañana te darán más fastidio. Entonces te puedes encontrar con varias situaciones:

a)      Tú estás fastidiado y te la pasas diciéndole a tu pareja todo lo que hace mal. Por ende, tu pareja también termina fastidiada.
b)      Tú no te sientes fastidiado porque amas a esa persona con todos sus defectos, pero tu pareja parece estar inconforme con la relación por lo que tú te sientes pésimo.
c)       Tú no estás fastidiado porque ya simplemente no te importa nada y estás haciendo daño a tu pareja estando con él/ella haciéndolo pensar que todo está bien.

Y así podría enumerar otras situaciones, pero quedémonos sólo con estas. Sea como sea, en cualquiera de estos escenarios alguien va a salir lastimado. Entonces ¿qué vas a escoger? Terminar sería lo más recomendable. Lo que queda decidir es si o harás ahora o después.

Me imagino que muchos dirán que me he convertido en una cínica que no cree en el amor. Que las relaciones se pueden salvar con trabajo mutuo, amor, comprensión y ternura. Puede ser verdad. Pero, lo siento, en mi caso no aplica. Porque soy madre soltera, soy estudiante, soy pequeña empresaria, como me quieran denominar. Tengo muchas cosas en mi vida por las que preocuparme. Y me cansé de sentirme culpable por no poder darle a un hombre la atención que se merece. Me cansé de sentirme culpable por querer dejar todo y ocuparme de mí misma. Me cansé de adaptarme a una vida que me tocó vivir. Y más que nada me cansé de vivir mi vida preocupándome por el daño que les podría hacer a terceros, cuando yo no me siento cómoda con lo que estoy haciendo.

Me di cuenta que a esta edad, te importa un culo lo que piensen de ti. Más que en los 20s en mi caso. Y comienzas a vivir la vida como quieres vivirla. Fuera de ataduras emocionales y convenciones sociales.

Puedo decir: sí, estuve en una relación de dos años que no funcionó. No nos fue mal, simplemente no estábamos destinados a estar juntos. No éramos el uno para el otro.


Varias veces me intentaron hacer comer el cuento de que a esta edad el amor ya no es como a los 20s. Que ya no sientes esas cosquillas, ni esa emoción que sentías antes. Que la pasión ya no existe, no la vives de la misma manera que en la juventuC. Yo he decidido que no quiero creer eso. Aunque signifique quedarme sola, con mis dos hijos y me toque comprarme una media docena de gatos. ¿Saben qué? Me importa un culo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario