viernes, 24 de diciembre de 2010

Consumismo Navideño… Tradición marketera…

Creo, que cuando somos niños, la mejor época del año es diciembre. Sabemos que vienen las vacaciones, nos llenan de regalos en navidad, las fiestas con comida y juegos. En resumen es una época maravillosa. Cuando crecemos es completamente lo contrario, para algunos. Y es que por fin nos damos cuenta de muchas cosas que han permanecido ocultas por tanto años. No existe papá Noel o el niño Jesús; son nuestros padres quienes dejan los regalos debajo del árbol. Y cuando crecemos el consumismo y la novelería nos hace odiar estas fechas.
Ahí está el problema. Nos centramos en estas fechas en comprar el regalo perfecto, el “outfit” perfecto, cocinar la cena perfecta, todo perfecto. ¿Para qué? Para que se coman la comida en menos de media hora, abran los regalos en 15 minutos y te quiten la ropa en 5 minutos (asumiendo que ese sea tu regalito de navidad). Estamos meses preocupados por los décimos y bonos, para más de gastarlos en dos días. Cada vez nos dejamos llevar más por el marketing de las grandes marcas que nos incitan a la compradera compulsiva. Adquirimos cosas que realmente, ni siquiera nos sirven. Todo nuestro sueldo se nos va en cenas de las oficinas, los trabajos, los amigos, los hijos, las escuelas, colegios, etc. Perdemos nuestros ahorros en regalos caros, en comida y nos olvidamos del verdadero espíritu de la navidad.
¿Cómo no vamos a odiar la navidad entonces? Si, lo único que representa para muchos, la navidad, son deudas. Nos denominamos “grinchs” porque queremos eliminar por completo el espíritu novelero de comprar regalos. Nos perdemos la verdadera magia. El encuentro de la familia, estar junto a nuestros seres queridos. Para mí, ésta, será la mejor navidad. Aunque mi gordito chino está lejos, por motivos varios, pasaré nuevamente con mi familia. Después de tres años, separada de ellos, las verdaderas personas que me quieren, este año volveré a retomar lo que realmente, significa la navidad. Mis deseos, todos han sido concedidos. Tengo a alguien que, aunque todavía no está definido completamente como dueño de mis sentimientos, está ahí, preocupándose por mí y haciéndome confiar, poco a poco, en él. Completé mi cirugía sin ninguna complicación y con el plus de que no voy a tener que preocuparme nunca más de los embarazos no deseados, a menos que yo lo elija así. Veré a mi familia, a mi prima que vive en Alemania, a mis sobrinos que están cada vez más hermosos. Pasaré con el primer amor de mi vida, a quién le hace mucha falta mi cariño y atención. Comeré todo lo que me dé la gana. Y podré escuchar los chistes de mi papá con su humor navideño. Tomaré el chocolate de mi mamá que tanto me encanta.  Y si recibo algún regalo, eso simplemente será un extra.
Estoy feliz por todo lo que me ha sucedido este año. He trabajado, he estado con mis hijos, dejé atrás una parte muy fea de mi vida, conocí personas muy interesantes y he afianzado mi confianza. Agradezco a Dios por todo eso, y de eso debería tratarse estas épocas. De ver atrás, el año que ha pasado, y sentirnos agradecidos por todo lo que ha acontecido. Los regalos, detalles, etc., son solo algo a parte. No deberían ser el centro de nuestra navidad. Puede sonar muy cursi, pero yo todavía no he perdido el verdadero espíritu de la navidad. Nos dejamos llevar por spots publicitarios de todos los tipos y comenzamos a ver el signo de dólar en todos lados. Creemos que las cosas materiales deben primar en la celebración de la navidad.
Aunque, para mí la navidad, sea igual que cualquier otra época del año, no soy grinch. Y es por el hecho de que, aunque no lo crean, la navidad, los regalos, las reuniones, etc., yo las vivo todo el año, no solo en diciembre. Mis hijos reciben regalos siempre, si es que se portan bien. Me reúno con mi familia cada vez que puedo. Agradezco a Dios siempre que es necesario. Y trato de ayudar a las personas siempre que puedo. No creo que la navidad deba ser una vez al año. Es un cliché, lo sé, pero la navidad debe vivirse los 365 días del año. Y creo que, tal vez por eso, la navidad, para mí, no es más que otra época del año.
Así que dejen el mal humor. Si no les gusta la navidad, es porque ustedes mismos lo han convertido en un festín consumista y sin sentido. Vean lo simple y hermoso que tiene la vida, y verán que volverán a amar la navidad…





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