viernes, 17 de diciembre de 2010

DETALLES...

“Sácala, llévala al cine. Cómprale, un ramo e’ flores. Báñate, junto con ella. Llévale, la comida a la cama…”
Recuerdo la primera vez que escuché esa canción del maestro Oscar D’León. Me gustó muchísimo, además de que me hizo llorar algunas veces. Concuerdo en que, en las relaciones, muchas veces descuidamos los detalles que alimentan el día a día. Yo, por un lado, soy extremadamente detallista. Mis detalles comprenden desde, mandar globos con helio al lugar de trabajo de mi novio/vacile/está en veremos, hasta rellenar una habitación con pétalos de rosa y velas aromáticas, o hacer salir un diminuto regalo dentro de veinte cajas, una más grande que la otra. Gracias a Dios, tengo mucha imaginación en esta materia (pueden ver mi página de detalles y recuerdos en facebook: MANUQB Productions). Bueno, obviando el spot publicitario, prosigo. Lo que decía es que. Generalmente, las mujeres somos más detallistas que los hombres. La mujer que encuentra un hombre verdaderamente detallista se ganó la lotería, porque encontrar uno, es exactamente igual que buscar una aguja en un pajar.
Recuerdo tanto una discusión que presencié en el cumpleaños de un amigo mío. Ya cuando llevas algún tiempo de relación, esos detalles se comienzan a dejar de lado. Las mujeres decían que los novios no eran ya detallistas. Y los hombres decían que ellas tenían la culpa porque no apreciaban los detalles que ellos les daban. Yo, como siempre muy directa para hablar, dije: “En este tema sí les voy a dar la razón a los hombres. Nosotras tenemos la culpa, pero no porque no nos gustan sus detalles, sino porque esperamos demasiado de ellos. Esperamos que sean como nosotras y que piensen como nosotras. Pero eso, realmente es imposible.” Si se dan cuenta, es verdad. Las mujeres esperamos de los hombres detalles que nos impresionen y sorprendan de la misma manera en que nosotras lo hacemos con ellos. Pedirle a un hombre que tenga la mentalidad de una mujer es una utopía. No solo físicamente su cerebro no tiene esa aplicación, sino que emocionalmente es demasiado trabajo para ellos planear una sorpresa del calibre en que nosotras las pensamos.
Siempre dije que, el hombre que me lleve mariachis y me cante ÉL el bolero “Si nos dejan”, con ése me quedaría toda la vida. Lastimosamente, sí hubo alguien que lo hizo, y dos veces, pero este individuo tenía falencias que no podían compensarse con mariachis. Y a lo que voy es que, muchas veces no pedimos regalos caros ni extravagantes, sino simplemente un detalle que demuestre qué sienten por nosotras. Para mí un ramo de flores con una tarjeta cursi vale más que joyas o perfumes. Y basta para darme a entender que está pensando en mí. Un mensajito en la mañana que diga algo como que me extraña, me alegraría todo el día. Inclusive hay frases que, dichas de la manera apropiada, demuestran más que detalles materiales. Frases como: “Muero por verte”, “Me encantas”, “Estoy pensando en ti”; realmente a mí me derriten. No mucha gente, aunque no lo crean, es expresiva a la hora de hablar y salen con frases muy rebuscadas que terminan casi fingidas. Este tipo de detalles denota interés en la otra persona.
Por ejemplo, cuando me gusta alguien, y la relación recién está floreciendo, tengo la costumbre de, en las mañanas enviarle un mensaje deseándole que tenga un excelente día. Eso denota que estoy pensando en él y que fue, tal vez, el primer pensamiento que tuve al levantarme. Los detalles son indicadores de afecto, aunque no quiere decir, que mientras más detalles recibas es porque te quieren más. Pero al fin y al cabo, los detalles nos ayudan a entender, que la otra persona puso de su tiempo e imaginación para que nos sintamos especiales. Ésa es la palabra mágica, los detalles nos hacen sentir ESPECIALES. Imagínense, que para tu cumpleaños, venga tu novio/esposo/vacile/está en veremos, y te regale un perfume BVLGARY (para mí son los mejores), pero el perfume no está envuelto, no tiene tarjeta, simplemente te lo da y ni siquiera se acordó de sacarle el precio. Aunque, me encantan los perfumes, no voy a negar que ese regalo me darían ganas de tirárselo por las patas. Cualquiera puede regalar un perfume. Es tan fácil como ir a las fragancias, preguntarle a la señorita que atiende qué le recomienda y comprarlo. Es lo más fácil del mundo. Muy pocas personas, en cambio, pueden hacer de regalar un perfume, un detalle inolvidable. Ejemplo: Yo tenía un novio que adoraba los perfumes Cartier. Estudiaba derecho, por lo que andaba siempre vestido formal (me derrito por un hombre que se vea bien en terno y que huela bien), entonces decidí regalarle un perfume Cartier. Para esto, ya tenía yo comprada una pluma de oro Cartier también. Hice grabar la pluma con su nombre, no me pregunten cómo, pero hice grabar la tapa del perfume también con nuestros nombres. Pedí ayuda a su mamá, quien me prestó las llaves de su casa (BTW a mí las suegras me adoran). Cuando él llegó a su casa, de la U, se encontró con una caja gigante adornada, llena de serpentinas y globos pequeños. Y adentro, sólo una nota que decía: Lo mejor ya está por llegar. Cuando entró a su cuarto me encontró a mí, con la habitación repleta de globos con helio, un banner gigante pegado en la pared, hecho por mí, que decía FELIZ ANIVERSARIO, y otra caja grande, donde dentro, habían dos cajas más con la pluma y el perfume. Y, obviamente, la tarjeta con las miles y miles de palabras describiendo cuan feliz era con él, hecha por mi también. Eso fue cuando cumplimos seis meses, imagínense todo lo que recibió en Navidad.
Esto es poco comparado con algunas que he hecho. He regalado de todo, pero han sido regalos pensados especialmente para cada persona. Una vez, para un cumpleaños de mi papá, convoqué a una banda para cantarle una canción y proyectarle un video. Me encanta hacer éste tipo de cosas, porque realmente muestran, cuánto te importa alguien. Un detalle no sólo demuestra cariño, sino que expresa sentimientos que, tal vez no puedes demostrar de otra forma. Un detalle bien planeado, por más pequeño que sea, te hace sentir que, la otra persona se esforzó realmente para que te agrade. No es lo mismo que gastar un dineral en algo que sabes que de ley le va a gustar a la otra persona. En eso no hay chiste. Cualquiera lo hace. No cualquiera te sorprende con algo que realmente recordarás toda tu vida. Creo, que de todos los regalos que he recibido, solo uno sigue en mi memoria, quisiera tenerlo todavía. Y fue un chancho redondo y gigante, que usábamos para jugar en el colegio. Un chancho tan tierno y tan rechoncho, que me hizo olvidar que odio que me regalen peluches. Era un asiento, afelpado inflable, pero era un chancho. Me encantó. Todavía tengo la felpa guardada, pero el asiento inflable, como era de esperarse, se dañó.
Hay regalos y hay detalles. Nunca subestimen el poder de un buen detalle, realmente sentido y hecho con esfuerzo…

1 comentario:

  1. Stephani Silva Colina30 de diciembre de 2010, 22:18

    El otro dia escuche algo muy cierto, la frase no debe ser "buscar una aguja en un pajar" ya q si fuese asi seria facil xq brillaria x si sola. La frase mas cierta seria " buscar una aguja en un pilar de agujas".
    Amo este post mas q cualquiera xq sabes como soy! y como m conoces tanto sabras a quien se lo hare leer!

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