viernes, 3 de diciembre de 2010

Es que me gusta cómo me trata...

Como dije anteriormente, odio complicarme, más que cualquier otra cosa. Odio esas relaciones tormentosas, con celos infinitos que no dejan vivir a nadie. Yo no soy de esas novias a las que les tienen que pedir permiso para ir a la isla o para salir con los panas. No soy de joder porque ves porno o porque ves a una tipa buena en la calle. No me gusta prohibir amigas. No me gusta pedir claves. No me gusta juzgar a nadie. Pero lo que menos me gusta son los problemas con gente que no tiene nada que ver conmigo.
Mentiría si dijera que nunca me metí con alguien amarrado, con novia, vaciles o, en general en una relación conocida. Pero siempre he dejado bien claro que no quiero problemas con nadie. No me gusta interferir en ninguna relación, por eso, las veces (que han sido pocas) que he sido la razón de infidelidades, he marcado una claúsula perfectamente redactada en mi mente, un contrato verbal por así decirlo: “No me voy a hacer la santa, porque no lo soy. Yo no voy a pedirte que termines con tu pelada/novia/mujer/etc, porque el hecho de que le pongas los cachos, obviamente hace que yo no quiera tener nada serio contigo. Lo único que te pido es que yo no tenga ningún problema con niguna novia celosa...” Yo no busco hombres comprometidos. No es por tirarme a la gran cosa, pero me llegan. Y lo siento, puede ser que salga por ahí una novia celosa que diga: claro la puta es la que se ofrece; pero yo no tengo la culpa. Hay veces que la novia no les da lo que ellos quieren, y otras simplemente sus novios son unos perfectos remedos de hombre que realmente no valen la pena. En cualquier caso es su culpa, en la primera por no darles y en la segunda por ser las pendejas que, sabiendo que son una porquería, siguen con ellos. Por último, la que esté libre de pecado que lance la primera piedra.
Pero bueno, eso realmente no era de lo que quería hablar. Simplemente quería hacer una pequeña introducción a algo que me pasa ahora. Como ya dije, han sido pocas veces las que he estado con un hombre que esté en otra relación. Y una recientemente me ha hecho preguntarme tantas cosas. Obviamente, nunca llegaré a entender completamente al ser humano pero, quiero hacer un intento de analizar a éste tipo de hombre tan pintoresco. Resulta que es el típico macho alfa con la novia inteligente, bonita y deshinibida. Aparentemente la relación perfecta. Y, cuando estuve con él, la primera pregunta que le hice fue: ¿Por qué estás con ella si vas a terminar buscando lo que te hace falta en otro lado? ¿Por qué te amarras? No es que llevaran mucho tiempo o tengan algún tipo de relación que implique compromisos inamovibles. Su respuesta fue: Es que me gusta cómo me trata...
Definitivamente morí con esa respuesta. Todavía no entiendo ese tipo de relación. Te gusta cómo te hace sentir esa persona por ratos, porque al parecer no te llena lo suficiente, sino no tendrías que buscar en otro lado. Por último si buscaras en mí sólo sexo, hasta lo entendería. Pero nosotros hemos compartido conversaciones de horas tomándonos solo un café, y he tenido que lidiar a veces hasta con celos. La imagen de macho alfa me parece un poco difícil de describir en este personaje pero, creo que es exáctamente el estereotipo perfecto. Un hombre que ante todos es un dios, pero por atrás es un simple ser humano. Y, a todo esto, ¿qué sacan estando en una relación que no los llena? Tal vez aparentar al mundo que están bien.
Raro. Definitivamente se me hace muy raro. Para mí, como ya lo he dicho, lo blanco es blanco, lo negro es negro. Si una persona no me llena simplemente no estoy con él. Y si no hay quién me llene completamente, sencillamente no estoy con nadie. No ilusiono a nadie, no me comprometo con nadie. Así de simple. Yo no descepciono, yo no miento (aunque no lo crean soy malísima para mentir por eso prefiero no hacerlo), yo no rompo promesas.
Y después se preguntan por qué decimos que los hombres son una mierda... En todo caso, algunos... (sin aluciones personales)

No hay comentarios:

Publicar un comentario